El discurso de Correa agoniza

Muy pocas veces, Ecuador registrará un comportamiento tan desafortunado y poco patriótico como el del expresidente Rafael Correa, a propósito del operativo Metástasis, que se supone es el de mayor calado que la Fiscalía y la Policía hayan ejecutado en la historia.

Se trata, nada menos, que de un intento por romper los tentáculos infames con el que las mafias del narcotráfico y el crimen organizado buscan estrangular al Estado, corrompiendo a altísimas figuras del sistema judicial, la fuerza pública y la política. Todos ellos operando bajo la red delictiva del peligroso Leandro Norero, descuartizado en una de las masacres carcelarias de octubre de 2022.

Por sus dimensiones, este caso, más allá de los nombres y las vinculaciones, debería generar si no la adhesión, al menos, el respeto institucional por parte de quienes alguna vez tuvieron el honor de conducir los destinos de la República.

Pero en menos de 24 horas: el exmandatario estuvo a punto de frustrar el operativo (algo que los mafiosos lo hubieran celebrado); ha lanzado todo el odio que embarga su corazón contra la fiscal Diana Salazar, a quien busca destituir a toda costa desde la Asamblea; y hasta ha puesto en entredicho su condición de asilado en Bélgica, por interferir en un caso de investigación criminal tan delicado como este. Ni Abdalá Bucaram, en los mejores años de su refugio en Panamá, se atrevió a tanto.

¿Correa va a pasar por alto, el pequeño detalle de que al momento de la detención de Terán, en su domicilio, había 25 mil dólares en efectivo, en billetes de USD 100?

¿Es decente que el máximo funcionario encargado de velar por el buen comportamiento de los jueces tenga tanto dinero a su disposición, como solo se ve en las películas de los mafiosos?

¿Correa es consciente de que este caso pudiera ser la punta de uno de los ovillos que expliquen, por ejemplo, el brutal asesinato en contra de Fernando Villavicencio, quien investigó toda esa podredumbre?

¿No hay respeto ni para la memoria de un adversario que se jugó la vida por denunciar a las mafias?

El expresidente, quien tiene una condena por corrupción en el caso Sobornos, ha sido un veedor incansable del famoso concurso de jueces de la Corte Nacional, cuestionado por los cuatro costados. Y sobre la base de este proceso, es que no se ha ahorrado ni un solo tuit en cuestionar el operativo Metástasis.

¿Por qué tanto interés en que no se anule el concurso? ¿Acaso de este depende la posibilidad de que la Corte le revise sus condenas?

Es decir, se nota, un preocupante conflicto de intereses. Si el entonces presidente Correa se comportaba como lo hace hoy en calidad de expresidente, no queda dudas de que durante 10 años de gobierno hizo todo lo posible por apoderarse de la justicia y los organismos de control.

Una postura desafortunada en extremo que, como se empieza a notar, pone todo su discurso nacional en agonía.