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Una semana movida para el Presidente de la República en múltiples sentidos.
La patinada diplomática que pegó, a propósito del acuerdo con EE.UU. para entregarle chatarra rusa a fin de que esta se la triangule a Ucrania, no terminó en una aparatosa caída. Daniel Noboa reculó, paró el lío con Moscú y las sanciones fitosanitarias se detuvieron. Y parece que Washington no se resintió con Quito, al menos, seguirá la cooperación en seguridad.
Esta semana, también se confirmó que uno de los personajes más respetados del país no se postulará para las presidenciales de 2025. En POLÍTICAMENTE CORRECTO, la fiscal Diana Salazar dijo que lo suyo no es la carrera electoral y que prefiere mantenerse en el cargo hasta abril del año entrante. De esta manera, Noboa se libra de un peso pesado, algo que le motivó ya a adelantar que sí se lanzaría a la reelección.
En la Asamblea, el Presidente también ganó la partida: logró que Henry Kronfle pusiera en el congelador las reformas al COIP para los próximos 60 días. De esta manera, su consulta popular cobra fuerza porque varios de los temas que allí se tratan ya estaba en las reformas penales, por lo que si la Asamblea se anticipaba, parte del cuestionario de Noboa hubiera perdido sentido.
Cabe señalar que la consulta popular marcará el inicio de la campaña presidencial y de su resultado dependerá la consistencia del candidato-presidente.
Asimismo, Noboa desenchufó un foco de tensión desde la agenda correista, cuyas trampas de impunidad en el COIP quedaron expuestas y frustradas.
Buena semana para Noboa en temas que, como se ve, requieren de estrategia y planificación política para que salgan bien.
Pero no se puede decir lo mismo de aquellos momentos en que se debe improvisar y reaccionar con rapidez e inteligencia. El comentario del Presidente, en el sentido de que la gente debe trabajar más, al ritmo que su gobierno lo hace, para comer varias veces, incluso postre, ha sido muy mal percibido en la opinión pública y la gente.
Es verdad que todo presidente tiene salidas en falso, pero las de Noboa resultan controversiales porque los exponen necesariamente ante una realidad que no ha sabido controlar: el Presidente vive en una burbuja que le desconecta del día a día de la gente más humilde.
El problema con este tipo de exabruptos es que puede debilitar su imagen, capital político y credibilidad, tres herramientas fundamentales para ser usadas en temas realmente primordiales.
A Noboa casi todo le sale bien, menos...
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