Para la mandataria, el juicio pone en juego la soberanía de Brasil y 13 años de gestión.
La presidenta Dilma Rousseff ofreció, esta mañana del 12 de mayo, su primer discurso público luego de ser suspendida por el Senado para ser sometida a un juicio político.
Para la mandataria este proceso es injusto, ya que no se ha demostrado irregularidades y lo que ahora está en juego no es solo su cargo sino también la soberanía de la Constitución de Brasil y las "conquistas" de los últimos 13 años en materia social.
En una declaración en el Palacio de Planalto, ante decenas de periodistas y funcionarios, Rousseff dijo que el Senado tiene un objetivo: tomar por la fuerza lo que no consiguieron en las urnas."Acusada injustamente, esto tiene un nombre mundial: Golpe de Estado", afirmó la presidenta.
Rousseff es acusada de realizar maniobras fiscales para engrosar las arcas durante su campaña de reelección en 2014. Esta madrugada, 55 senadores de un total de 81, se pronunciaron en favor de avanzar con el juicio político y apartarla del poder durante seis meses.
Sobre el sustituto Michel Temer, la presidenta brasileña dice que habrá un Gobierno que puede estar tentado a reprimir: "un Gobierno que nace de un golpe".
Finalmente, Rousseff dijo que luchará hasta el final por finalizar su mandato e invitó a los brasileños a tomarse las calles para enfrentar el "golpe".
"Jamás imaginé que tendría que vivir un nuevo golpe en mi país... La lucha por la democracia no tiene fecha para terminar, vamos a vencer".
Su salida pone fin a más de 13 años del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) en el poder de Brasil.
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