Personas intentan ingresar a Buenos Aires ecuatoriano, pese a control para evitar minería ilegal

Después de 5 meses del desalojo de la mina ilegal de Buenos Aires, en la provincia de Imbabura, todavía se registra a personas que intentan ingresar a la zona, pese a los controles militares y policiales.

 

 

 

Los militares mantienen el control de la minas para evitar que vuelvan a ser explotadas. Las Fuerzas Armadas piden que la Agencia de Regulación y Control Minero retire el material mineralizado y otros equipos que se usan en la actividad extractiva.

 

Los sacos con el material extraído ilegalmente desde las tres minas de esa zona, permanecen arrumados en los lugares en donde se los procesaba para sacar el oro. Algunas lonas se han roto y el apetecido mineral está desparramado a la intemperie. Hay rocas con oro, plata y otros minerales codiciados por los grupos vinculados a este lucrativo e ilegal negocio.   

 

Después del operativo de desalojo, en agosto del año pasado, todo se quedó en Buenos Aires. Todavía hay costales que aún permanecen colgados entre los cables de acero y poleas que utilizaban los mineros para sacar el material desde las cimas de las montañas.   

 

En este lugar, cada saco tiene un costo aproximado de 70 dólares y sube si logran sacar a un sitio más cercano. El general Gustavo Acosta, comandante de las unidades que resguardan la frontera norte, señaló que pese a los controles, muchos logran sacar el material.

 

Es la Agencia de Regulación y Control Minero la que debe actuar de inmediato, para evitar que las actividades ilícitas sigan en Buenos Aires y contaminen, inclusive a los uniformados, como ocurrió meses atrás cuando tres militares fueron detenidos transportando el material en un vehículo del ejército.

 

En la zona de Buenos Aires existe presencia policial, pero sobre todo militar. Además, en la zona también quedan rastros de las actividades conexas a la minería ilegal. Se estima que al menos 10 mil personas estuvieron en este lugar.