La Procuraduría de ese país pide que se lo detenga nuevamente.
La Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó este miércoles 29 de mayo la liberación "inmediata" de un exjefe de las FARC requerido por Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico y asumirá la investigación sobre él, al reconocer su condición de congresista electo por el partido surgido del acuerdo de paz con la exguerrilla.
El alto tribunal considera que es el único competente para investigar a Jesús Santrich, ya que éste goza de fuero parlamentario, aunque nunca pudo ocupar su escaño en el Congreso debido a su captura con fines de extradición.
En este caso "no procede recurso alguno", aseguraron los magistrados, por lo que Santrich, detenido en Bogotá desde abril de 2018, debería salir en breve del búnker de la fiscalía donde está recluido desde el 19 de mayo.
Sin embargo, la Procuraduría, el organismo que vigila la actuación de los funcionarios en Colombia, pidió al alto tribunal que ordene nuevamente la captura del rebelde, en su condición de parlamentario, para ser "escuchado en indagatoria" por los delitos de que se le acusan.
- Posesionarse -
Además de provocar un revuelo político y judicial en Colombia, el caso Santrich también ha evidenciado una división en el ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).
"Estamos muy contentos con esta decisión, nos parece que se restablecen los derechos de Jesús Santrich que habían sido violados", dijo el senador y excomandante guerrillero Carlos Antonio Lozada tras conocer el fallo.
Lozada aseguró que la FARC ya empezó las gestiones para que Santrich, cuyo nombre legal es Seusis Paucias Hernández, asuma "de manera inmediata" el escaño en la Cámara de Representantes (baja) previsto en el pacto de paz.
El histórico acuerdo otorga 10 curules en el Congreso para la FARC durante dos periodos de cuatro años.
El exjefe negociador de la exguerrilla, Iván Márquez, tampoco ocupó su escaño alegando falta de garantías por el encarcelamiento de Santrich e incumplimientos estatales.
Desde entonces se desconoce el paradero de Márquez, quien fue el número dos de los rebeldes y considerado de línea dura, y de otros exjefes.
El líder máximo de la exguerrilla, Rodrigo Londoño (Timochenko), marcó distancia con Márquez en una carta pública del 23 de mayo, en la que le reclamó abandonar los compromisos adoptados por la colectividad.
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