Se trata del primer movimiento social que confronta al gobierno Bolsonaro.
Centenas de universidades y colegios secundarios de Brasil paralizaron este miércoles sus actividades e iniciaron marchas contra los bloqueos de recursos anunciados por el gobierno de Jair Bolsonaro en el área de la educación.
Se trata del primer movimiento social que confronta al gobierno Bolsonaro, en el poder desde enero. La movilización cuenta con la adhesión de colectivos de profesores y alumnos, así como del personal de servicios de los establecimientos, y se extendió a numerosas instituciones de enseñanza privada.
"Estudiantes de secundaria, universitarios, posgraduados, profesores y trabajadores de la educación van a ocupar calles y aulas en todos los estados de la federación, contra los recortes de 30% en las instituciones federales", anunció el martes la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), uno de los gremios de universitarios más importantes.
Las principales marchas están convocadas para últimas horas de la tarde, pero ya desde la mañana se señalaron actos en al menos 17 de los 27 estados brasileños y las mayores ciudades del país, como Sao Paulo, Rio de Janeiro, Belo Horizonte y Brasilia.
En la capital, millares de personas se congregaron en un extremo de la Explanada de los Ministerios.
Las protestas denuncian los planes del ministro de Educación, Abraham Weintraub, de bloquear recursos, incluyendo el 30% del presupuesto no obligatorio de las universidades federales. La medida compromete miles de becas para estudiantes, así como el pago de las cuentas de luz, agua, servicios de limpieza y seguridad.
La agitación se hizo oír en el Congreso. La Cámara de Diputados, pese a tener una mayoría oficialista, aprobó por 307 votos a favor y 82 en contra la convocatoria del ministro de Educación, Abraham Weintraub, para dar explicaciones este mismo miércoles "sobre los recortes de presupuesto de las universidades públicas y de institutos federales".
El gobierno reaccionó el lunes afirmando que se trata de una congelación de fondos habitual en todas las áreas cuando los ingresos previstos son inferiores a los contemplados por los presupuestos, pero no de recortes definitivos.
El propio Bolsonaro --que viajó a Dallas (Texas, Estados Unidos) para recibir una condecoración de la Cámara de Comercio Brasil-Estados Unidos-- mostró en un tuit que los bloqueos ("contingenciamentos", en portugués) del ministerio de Educación son menores porcentualmente comparados con los de otros ministerios.
El diputado Eduardo Bolsonaro, uno de los tres hijos del mandatario ultradechista dedicados a la política, acusó al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT, en el poder de 2003 a 2016), de estar detrás de la movilización.
"Siempre supimos que el PT daba bolsas asistenciales para quien precisaba y para quien no, buscando réditos electorales", tuiteó.
- Contra el "marxismo cultural" -
Desde la llegada de Bolsonaro al poder, la educación se convirtió en un terreno de conquista designado para los sectores más conservadores del electorado del exmilitar, decididos a extirpar cualquier vestigio de "marxismo cultural" de las aulas.
El bloqueo del 30% de los gastos no obligatorios fue anunciado inicialmente como un ajuste de cuentas con tres universidades que acogieron debates con figuras de izquierda y que fueron acusadas por Weintraub de "sembrar el desorden".
Ante las reacciones negativas, el ministro -el segundo al frente de esa agitada cartera en menos de cinco meses- extendió la medida a todas las instituciones federales y adujo, ejemplificando el caso con decenas de pequeños chocolates, que los fondos congelados representaban apenas un 3,5% del presupuesto total.
Bolsonaro ya había provocado otro acalorado debate en abril, al anunciar que su gobierno consideraba recortar los fondos públicos asignados a los campos de filosofía y sociología en las universidades.
"El objetivo es centrarse en las corrientes que generan un retorno inmediato al contribuyente, como los estudios veterinarios, de ingeniería o médicos", explicó.
El hashtag #TsunamiDaEducação encabezaba las tendencias de discusiones en la red social.
- Sindicalista: un test de huelga general -
La movilización estudiantil dio alas a la oposición de izquierda, noqueada por la derrota en las urnas en octubre.
Algunos sindicalistas ven la jornada de este miércoles como un ensayo de una huelga general convocada para el 14 de junio contra la reforma de las jubilaciones, un proyecto que le valió a Bolsonaro un amplio apoyo de los mercados.
"El día 15 (...) será una jornada de lucha, de calentamiento para la huelga general contra la reforma de las jubilaciones", afirmó Douglas Izzo, presidente de la sección de Sao Paulo de la Central Única de Trabajadores (CUT), en declaraciones al portal de izquierda Brasil de Fato.
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