MUD aseguró 107 diputados contra 55 del oficialismo, de una Asamblea de 167 escaños.
La oposición venezolana logró un histórico triunfo en los comicios parlamentarios del 6D, poniendo fin a 16 años de hegemonía chavista con una mayoría de al menos tres quintos en la Asamblea Nacional.
La coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD, centroderecha) aseguró 110 diputados contra 55 para el oficialismo socialista, de una Asamblea Nacional de 167 escaños, que se instalará el 5 de enero. Restan por adjudicarse dos bancas.
Con ese número de diputados, el bloque opositor supera los tres quintos (101 escaños) requeridos para remover ministros y al vicepresidente, así como a los integrantes del CNE (previo pronunciamiento del Tribunal Supremo de Justicia).
La MUD había asegurado más temprano en rueda de prensa haber obtenido 112 curules, que le darían la mayoría de dos tercios; una situación inédita en un parlamento que estuvo dominado por el oficialismo de izquierda desde que en 1999 llegó al poder Hugo Chávez, fallecido en 2013.
Los dos tercios permiten otorgan grandes atribuciones, como crear o suprimir comisiones permanentes, aprobar y modificar leyes orgánicas, someter a referendo tratados internacionales y proyectos de ley, remover a magistrados del TSJ, designar a los integrantes del CNE, aprobar proyecto de reforma constitucional y hasta buscar sacar anticipadamente al presidente del poder.
El presidente chavista Nicolás Maduro, cuyo mandato culmina en 2019, llamó este lunes al chavismo a "cerrar filas en unión cívico militar" ante lo que llamó una "compleja situación" tras la contundente opositora y convocó a un congreso del partido de gobierno para hacer "críticas y autocríticas constructivas".
"Negociación o guerra"
"Es un camino lleno de posibilidades de concertación, pero también de resistencias. El riesgo de generar más ingobernabilidad es muy grande tanto para el gobierno como para la oposición. Es mucho lo que está en juego", declaró la politóloga Elsa Cardozo, de la Universidad Simón Bolívar (USB).
Apenas anunciado en la madrugada del lunes el resultado oficial, Maduro aceptó la derrota que dijo recibir como una "bofetada": "Se abre una nueva etapa de nuestra revolución bolivariana", auguró.
Con tono moderado, Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, anunció el "comienzo del cambio en Venezuela", pero reconoció que la oposición tiene una "responsabilidad inmensa" para "hacerle frente a la crisis".
"Uno espera que se pueda abrir un canal para que la transición en la Asamblea sea más o menos normal, o será una transición salvaje", dijo Colette Capriles, analista de la USB.
Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis, coincidió en que "tal como quedan las fuerzas políticas en el país, solo hay dos escenarios: negociación o guerra". "Ojalá negociación", subrayó.
"La mayoría calificada no es para perseguir", aseguró el líder del ala moderada de la oposición, el excandidato presidencial Henrique Capriles, al descatar una cacería de brujas.
Voto castigo, no cheque en blanco
Maduro, quien asumió el poder en abril de 2013, atribuyó este "revés coyuntural" a una "guerra económica" de empresarios de derecha, admitiendo el descontento popular por el alto costo de vida y la aguda escasez de alimentos que provoca largas filas en los supermercados.
"Aquí ganamos chavistas y antichavistas porque castigamos a Maduro por las colas. La oposición tiene que ver bien lo que va a hacer, porque igual los votos que le prestamos se los quitamos", dijo a AFP Alan Sánchez, un taxista y estudiante de informática de 35 años.
Aprovechando el voto castigo y la proyección internacional que le dieron casos como el encarcelamiento del líder radical Leopoldo López, la MUD hizo a un lado históricas divisiones. Pero Torrealba reconoció que se debe "reinventar".
"No es lo mismo unirse para resistir, que unirse para gobernar. No es lo mismo unirse para oponerse, que unirse para legislar (...). Una cosa es un voto de confianza y otra distinta es un cheque en blanco", manifestó.
El panorama no luce nada fácil. Venezuela -el país con las mayores reservas de crudo del mundo que obtiene del petróleo 96% de sus divisas- cerrará 2015 con una contracción económica de 10% y una inflación de 200%, según economistas.
"Va a haber una tensión entre la demanda de cambio político y la demanda de la vida cotidiana, de salir de la crisis en términos económicos y sociales", comentó Colette Capriles.
Los venezolanos se quejan también de la inseguridad rampante -Venezuela es el segundo país más violento del mundo después de Honduras, con 62 homicidios por cada 100.000 habitantes, según la ONU.
El triunfo de la oposición venezolana es un nuevo golpe a la izquierda latinoamericana, tras la victoria del candidato de centroderecha Mauricio Macri en Argentina, que puso fin a 12 años de gobierno kirchnerista, aliado del chavismo.
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