Argentina y Chile velan las armas para cambiar la historia en la Copa América
Y la gran pregunta que todos se hacen, argentinos y chilenos, es si Messi y Alexis Sánchez
Santiago (AFP) - El reloj, en cuenta regresiva, las horas son pocas para descansar, recuperarse y entrenar, y al mismo tiempo pasan lento para controlar la ansiedad de la final de la Copa América, con Chile buscando su primer título, igual que Lionel Messi con Argentina.
El Estadio Nacional de Santiago estará a reventar el sábado con la mayoría gritando el popular "¡Chi Chi Chi, le le le!", pero también con muchos argentinos que se esperan en bandada, cruzando la cordillera de los Andes para el evento.
La final es la primera en la que se enfrentan estas selecciones en la historia de la Copa América. En 1955, cuando el torneo se llamaba Campeonato Sudamericano y se jugaba en la modalidad todos contra todos, la 'Albiceleste' fue campeona y 'La Roja', segunda.
Argentina quiere además poner fin a la sequía de 22 años sin títulos internacionales, desde la Copa América de Ecuador-1993, y borrar la amargura de la final del Mundial de Brasil-2014 perdida contra Alemania.
Messi, el cuatro veces mejor jugador del mundo, aún no ha celebrado un título con la selección absoluta. Qué diferente su historia con el Barcelona, con el que ya lo ha conquistado todo.
Y después de aplastar a Paraguay en la semifinal por 6-1 en un derroche de buen fútbol, Argentina llega como favorita.
"Nos vamos a enfrentar a una selección a nivel mundial, es una de las mejores, pero en la final no hay nada escrito, nada te puede garantizar nada aunque lleguen con el papel de favorito, estamos en nuestra casa con nuestra gente y algo tenemos que decir", afirmó el defensa chileno José Rojas.
- ¿Messi? ¿Alexis? -
La selección argentina se entrenó el miércoles en Concepción (sur), donde selló su pase a la final y viajó por la tarde a la capital chilena, donde continuará su preparación hasta la final.
Chile se enfrenta al mayor desafío de su historia futbolística con una generación dorada de jugadores que ahora deberá enfrentarse en la final a Messi y su séquito de estrellas, como Sergio Agüero, Ángel di María y Javier Pastore. Y frente a tamaño ataque, Chile busca reconstruir su defensa, criticada tras la semifinal con Perú, en la que la ausencia de Gonzalo Jara desequilibró el sector que había jugado de forma regular.
Y la gran pregunta que todos se hacen, argentinos y chilenos, es si Messi y Alexis Sánchez terminarán de explotar. El capitán argentino, enemistado con el arco después de haber marcado de penalti en el 2-2 con la albirroja en el debut en la primera fase, fue el director de la orquesta que demolió a goles a Paraguay, comandando el juego ofensivo con el más fino compás posible, teniendo una participación directa en las seis anotaciones. Pero, nuevamente, el '10' se fue sin su gol. ¿Llegará el gol en la final? "Ojalá, ojalá, y si no, no pasa nada, es lo de menos", dijo el martes.
¿Y el niño maravilla? Alexis Sánchez no termina de convencer y llega a la final frustrado con su juego. Alexis solo ha marcado un gol, en el empate 3-3 con México en la primera fase, pero sus actuaciones apenas han incidido en el desarrollo del juego chileno, muchas veces abusando del protagonismo particular, distante del Alexis del Arsenal inglés, el participativo, el que encajó como bujía en el juego colectivo.
Frente a los incas, su balance no fue el balón: pases erráticos, balones perdidos, vértigo improductivo y sólo un remate al arco con peligrosidad, que derivó en la primera anotación de Eduardo Vargas.
- Sabor amargo -
Sin el mayor entusiasmo, Paraguay y Perú terminan igualmente de preparar el partido por el tercer puesto, con los ánimos golpeados por la eliminación. Paraguay la lleva peor con ese demoledor 6-1, mientras que Perú tiene el orgullo herido por la derrota ante un Chile, al que empezó dominando hasta que perdió un hombre.
"Estamos para más", lanzó el seleccionador de Perú, el argentino Ricardo Gareca después de esa derrota por 2-1. "Esto nos va a permitir crecer, si sabemos capitalizarlo y sabemos que podemos", añadió.
Perú y Paraguay llegaron a la Copa con un signo de interrogación enorme y con una plantilla plagada de jugadores que fracasaron en el proceso eliminatorio de Brasil-2014. Pero quedaron entre las cuatro mejores del continente, lo que deja abierta una sensación de esperanza.
El reloj sigue su marcha, 48 horas y contando... tic, tac.
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