11 jul 2024 , 12:58

Las aguas del Machángara son contaminadas por los habitantes de la periferia de Quito antes que se forme el río

Este afluente nace en el cerro Atacazo, en el sur occidente de Quito, baja por sus laderas y atraviesa la ciudad, donde se contamina y va muriendo.

El río Machángara se convirtió en vertedero de basura y de aguas servidas, Sus aguas brotan de la tierra a 3 700 metros de altura. Es cristalina y pura. De a poco baja de la cumbre y se recoge en los pajonales del páramo andino del Atacazo, montaña al sur occidente de Quito.

Ahí se forman las quebradas Ortega, Río Grande, Capulí y Caupicho que encausan el agua ladera abajo.

Los quiteños que viven sobre a esa altura sí cuidan esta agua que corre pura unos 500 metros hasta las primeras casas de la ciudad, ahí empieza la contaminación de esas quebradas que, nueve kilómetros después, se unen para formar el Manchángara.

Ese río circula por túneles bajo las calles y casas del sur de la ciudad. Sale a la superficie en tramos y llega al centro de Quito, al sector de la Recoleta, al pie del Panecillo. Ahí los quiteños hasta la primera mitad del siglo pasado bajaban a disfrutar de sus aguas y lavar la ropa.

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Ahora, en el mismo sitio la basura se acumula, y el cauce mucho más ancho de lo que era, debido a los vertidos de la ciudad. El agua hoy es ocho veces más turbia de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, contiene virus y bacterias capaces de enfermar con el contacto y siete veces más jabones y detergentes de lo permitido.

Así el Machángara recorre sus 22 kilómetros, atraviesa el sur y centro de Quito hasta unirse con el San Pedro en Nayón. Es un río muerto que ahora debe ser descontaminado gracias a una decisión judicial que determinó que es sujeto de derechos y que el Municipio los violó, y lo tiene que reparar.

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