¿Olvidar un nombre o una palabra significa que tengo demencia?
La demencia, que técnicamente no es una enfermedad.
El número de casos de demencia en Estados Unidos y Latinoamérica está aumentando a medida que envejecen los baby boomers, lo que plantea interrogantes para los mismos y también para sus familias, cuidadores y la sociedad. La demencia, que técnicamente no es una enfermedad sino un término para la incapacidad para pensar, recordar o tomar decisiones, es una de las deficiencias más temidas de la vejez.
La incidencia aumenta drásticamente a medida que las personas llegan a los noventa. Aproximadamente el 5% de las personas de entre 71 y 79 años tienen demencia, y aproximadamente el 37% de las personas de alrededor de 90 años viven con ella.
Las personas mayores pueden preocuparse por su propia pérdida de funciones, así como por el costo de cuidar a alguien con demencia. Un estudio del 2018 estimó que el costo por la atención de una persona con Alzheimer, la forma más común de demencia, es de US$329.360 dólares.
Es importante destacar primero que la demencia no puede ser diagnosticada desde lejos o por alguien que no sea médico. Una persona necesita un examen médico detallado para un diagnóstico. A veces, se requieren imágenes del cerebro. Olvidar una palabra ocasionalmente, o incluso donde puso las llaves, no significa que una persona tenga demencia. Existen diferentes tipos de pérdida de memoria y pueden tener diferentes causas, como otras afecciones médicas, caídas o incluso medicamentos, incluidos hierbas, suplementos y cualquier cosa de venta libre.
Las personas mayores se preguntan y se preocupan por los llamados “momentos de la tercera edad” y la pérdida de memoria que perciben en ellos mismos y en los demás. Veo pacientes así todas las semanas en mi clínica geriátrica, donde me cuentan sus historias. Olvidan una palabra, se pierden en una historia, pierden las llaves o no recuerdan un nombre.
Los detalles varían, pero la preocupación subyacente es la misma: ¿se trata de demencia?
Pérdida de memoria normal
A medida que envejecemos, experimentamos muchos cambios físicos y cognitivos. Las personas mayores suelen tener una disminución en la memoria de recuerdo. Esto es normal. ¿Alguna vez has tenido problemas para recordar un dato? Supón que ves a alguien en la calle que no has visto en años. Quizás reconozcas la cara, pero no recuerdas su nombre hasta más tarde esa noche. Esto es normal y forma parte de los cambios esperados con el envejecimiento.
Lo que es más un problema potencial es olvidar el nombre de alguien que ves todos los días; olvidar cómo llegar a un lugar que visitas con frecuencia; o tener problemas con tus actividades de la vida diaria, como comer, vestirse e higiene.
Cuando tienes problemas con la memoria, pero no interfiere con tus actividades diarias, esto se denomina deterioro cognitivo leve. Tu médico general puede diagnosticarlo. Pero a veces empeora, por lo que tu médico debe seguirlo de cerca si tienes un deterioro cognitivo leve.
Puedes anotar el momento de cualquier discapacidad. ¿Hubo una disminución gradual? ¿O sucedió de repente? Esto también debes discutirlo con tu médico, quien podría recomendarte el MoCA o la prueba de Evaluación Cognitiva de Montreal, que detecta problemas de memoria y ayuda a determinar si se necesita más evaluación.
Algunos[signos de demencia]posibles(https://www.cdc.gov/aging/dementia/index.html) son falta de: memoria, atención, comunicación, razonamiento, juicio y resolución de problemas, así como percepción visual más allá de los típicos cambios en la visión relacionados con la edad.
Problemas más graves
Cuando la pérdida de memoria interfiere con las actividades diarias, consulta a tu médico sobre qué hacer y cómo asegurarte de que estás seguro en casa.
Existen numerosos tipos de pérdida de memoria grave. La demencia tiende a ser una progresión lenta que ocurre durante meses o años. El delirio es más repentino y puede ocurrir durante horas o días, generalmente cuando se tiene una enfermedad aguda. La depresión también puede causar cambios en la memoria, especialmente a medida que envejecemos.
Demencia y otros problemas cerebrales
El Alzheimer es el tipo más común de demencia, seguida de la vascular. Tienen síntomas similares: confusión, perderse, olvidar a amigos cercanos o familiares, o una incapacidad para hacer cálculos como el balance de la chequera. Ciertas afecciones médicas (trastornos de la tiroides, sífilis) pueden provocar síntomas de demencia, y los tipos menos comunes de demencia pueden tener diferentes tipos de síntomas. La enfermedad de Alzheimer tiene un conjunto distinto de señales que a menudo se asocian con ciertos cambios en el cerebro.
Centrarse en la seguridad y la supervisión adecuada, especialmente en el hogar, es fundamental para todas las personas con demencia. Tu médico o un trabajador social pueden ayudarte a encontrar apoyo.
También es importante estar consciente de otras dos cosas que pueden conducir a una disminución del funcionamiento mental: el delirio y la depresión.
El delirio, un cambio rápido en la cognición o el funcionamiento mental, puede ocurrir en personas con una enfermedad médica aguda, como neumonía o incluso infección por COVID-19. El delirio puede ocurrir en pacientes en el hospital o en casa. El riesgo de delirio aumenta con la edad o con lesiones cerebrales previas; los síntomas incluyen disminución de la capacidad de atención y problemas de memoria.
La depresión puede ocurrir en cualquier momento, pero es más común con el envejecimiento. ¿Cómo puedes saber si estás deprimido? Aquí hay una definición simple: cuando tu estado de ánimo permanece bajo y has perdido el interés o la alegría en las actividades que alguna vez amabas.
A veces, las personas tienen episodios recurrentes de depresión; a veces, es un duelo prolongado lo que se convierte en depresión. Los síntomas incluyen ansiedad, desesperanza, poca energía y problemas de memoria. Si notas signos de depresión en ti o en un ser querido, consulta a tu médico. Si tienes pensamientos de hacerte daño, llama al 911 para obtener ayuda al instante.
Cualquiera de estas condiciones puede ser aterradora. Pero aún más aterrador es la demencia no reconocida. Debes discutir abierta y honestamente con tu médico los cambios que observes en tu memoria o pensamiento. Es el primer paso para descubrir qué está sucediendo y asegurarse de que tu salud sea la mejor posible.
Y, como ocurre con cualquier enfermedad o grupo de enfermedades, la demencia no es un “defecto de carácter” y el término no debe usarse para criticar a una persona. La demencia es un diagnóstico médico grave; pregúntale a quienes la padecen, a los seres queridos que los cuidan o a cualquiera de nosotros que los tratamos.