Las personas neuróticas, introvertidas y desconfiadas tienen más riesgo de sufrir depresión
Algunos rasgos de la personalidad como el neurocitismo, la introversión, la desconfianza, la rumiación, la tendencia a la mala gestión de conflictos, entre otros, se asocian a una mayor predisposición a la depresión, según ha puesto de manifiesto la doctora Alba Babot, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Área Básica de Salud de La Garriga (Barcelona).
Así lo ha detallado en el marco del XXI Seminario 'La depresión, ¿nace o se hace?', celebrado este viernes en Sitges (Barcelona). Tal y como ha explicado, el neuroticismo es "la tendencia a experimentar emociones negativas respecto a ciertas circunstancias". Algunas de estas sensaciones son la ira, la ansiedad, la tristeza y las conductas o reacciones exageradas en estas situaciones.
"Otros rasgos de personalidad serían, por ejemplo, la introversión o afrontar de forma no del todo óptima algunas situaciones vitales, como la tendencia a culpabilizarse, o a la negativización, la forma de gestionar el estrés y la falta de organización", ha añadido.
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A nivel anatómico, Babot ha detallado que las personas desconfiadas y las personas con depresión mayor tienen áreas cerebrales relacionadas con la cognición social reducidas de volumen; si bien no se ha podido ver su relación con la vulnerabilidad a padecer depresión.
CÓMO AFECTA LA PERSONALIDAD EN EL CEREBRO DE LOS MAYORES
El 20 por ciento de las personas mayores de 60 años padece algún trastorno mental o neurológico, y algunos de los mencionados rasgos de personalidad están relacionados con ello, en concreto con la demencia y la depresión.
De hecho, el deterioro cognitivo y los trastornos depresivos están asociados a unos rasgos de personalidad comunes: neuroticismo e introversión. Además, el predictor más consistente del desarrollo de depresión en la vejez, su curso y respuesta al tratamiento es un mayor neuroticismo.
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Por tanto, la personalidad es un factor psicosocial que puede tener un efecto positivo o negativo en la salud mental porque influye en la manera de comportarse, el estilo de vida, la actividad cognitiva, la reacción al estrés y la calidad y el tamaño de la red social.
Así, la experta ha reclamado que los rasgos de personalidad formen parte de la visión holística de la Psiquiatría para el diagnóstico y el tratamiento de la depresión. "Si podemos identificar ciertos rasgos de personalidad, nos permite estar más alerta y poder avanzarnos, no en el hecho de tratar a nivel farmacológico, que obviamente no sería necesario, pero sí con terapias psicológicas", ha abundado.
A su juicio, se trata de abordar la depresión "de manera más precoz y no llegar tan tarde a la hora de encontrar herramientas para gestionar ciertos problemas".
FACTORES BIOLÓGICOS
Más allá de los factores sociales, el doctor José Manuel Montes, jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, ha recordado que en el desarrollo de la depresión también influyen factores biológicos, como las alteraciones hormonales.
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La más frecuente es la del cortisol, que media las reacciones del organismo hacia el estrés, o las fluctuaciones en las hormonas sexuales en periodos clave de la vida reproductiva de la mujer (menopausia y posparto, sobre todo), así como la inflamación, que puede aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades.
"Sabemos que hay una inflamación durante la depresión debido al estrés, y eso va a producir que el sistema inmunitario falle y genere otras enfermedades. Y también ocurre al contrario. Hay enfermedades en que hay alteraciones inmunitarias que pueden generar inflamación a nivel cerebral y que, en personas predispuestas, pueden acabar generando depresión", ha explicado el experto.
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Finalmente, Montes ha aclarado que la depresión no es una enfermedad hereditaria. "Se hereda la predisposición a padecer la enfermedad, que junto a la interacción con otros factores ambientales precipitan, en la mayoría de los casos, la depresión", ha matizado.