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En la búsqueda constante de la felicidad y el bienestar emocional, un nuevo hábito surge como clave para mejorar la salud y prolongar la vida: la caminata de la gratitud. Este enfoque, respaldado por investigaciones recientes, ha sido destacado por la Universidad de Harvard y otros centros de investigación por sus beneficios en la longevidad y el estado emocional.
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El bienestar emocional no solo nos hace sentir bien, sino que también puede reducir el riesgo de mortalidad, promoviendo una vida más saludable y prolongada. Hipócrates, el célebre filósofo conocido como el sabio de la medicina, ya recomendaba hace más de 2,000 años que “si estás de mal humor, sal a caminar otra vez”, sugiriendo que la caminata puede elevar el ánimo. Hoy en día, la ciencia confirma esta antigua teoría y va más allá, indicando que caminar, combinado con la gratitud, puede tener un impacto profundo en la salud y la longevidad.
Un estudio reciente publicado en la revista JAMA Psychiatry por la Universidad de Harvard revela que la gratitud no solo mejora el bienestar emocional, sino que también está asociada con una mayor longevidad. Este hallazgo subraya cómo la práctica de ser agradecido puede tener efectos positivos duraderos en la salud.
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Por otro lado, la Universidad de Buffalo llevó a cabo un estudio publicado en JAMA Cardiology, que mostró que caminar reduce el riesgo de mortalidad. El estudio, que monitoreó la actividad física de casi 6 000 mujeres mayores de 63 años, encontró que dar entre 3 600 y 10 000 pasos al día estaba asociado con una disminución en la tasa de mortalidad.
Arthur Brooks, experto en felicidad de Harvard, propuso la “caminata de la gratitud” como una técnica para aumentar la felicidad y la longevidad. Brooks explica que esta práctica consiste en caminar mientras se mantienen pensamientos positivos y de agradecimiento, apreciando la belleza del entorno. La combinación de ejercicio físico con el poder de la gratitud ayuda a gestionar el estrés, fomentar el optimismo y disfrutar más del presente.
La caminata de la gratitud no solo mejora el bienestar emocional, sino que también actúa como un escudo protector contra el estrés y las emociones negativas, contribuyendo a una mejor salud física y mental. Aunque los estudios se han enfocado principalmente en mujeres, los beneficios de esta práctica se extienden a todas las personas, independientemente del género.
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