¿Buena persona, pero mala pareja? Lo que dicen los expertos sobre relaciones amorosas fallidas
Este artículo no pretende ser un texto de autoayuda, es importante consultar toda aflicción o duda con un especialista. Sólo un profesional podrá llegar a un diagnóstico concreto en terapia.
Paulina es una gran profesional, una hija amorosa, una amiga incondicional y todos los adjetivos que definen a una buena persona según Google, incluso van a misa; aún así no termina consolidando sus relaciones de pareja. Ha sido engañada, no ha logrado oficializar sus romances y una vez, cuenta, fue la tercera persona en discordia.
En este escenario, el amor parece huir de ella.
Leandro, por otro lado, se ha enamorado varias veces, pero ese sentimiento nunca parece ser suficiente. Ha terminado sus relaciones por infidelidad, rutina, falta de comunicación, mentiras y otros motivos. Él no entiende por qué, aunque en otros ámbitos de su vida tiene éxito, no logra establecerse con una persona.
En este escenario, él parece huir del amor.
Los tres se consideran buenas personas, pero malas parejas. ¿Es esto posible?
La duda parece un sentir generalizado por muchos, quienes comparten sus testimonios en redes sociales. Ante ella, consultamos a varios profesionales de la salud mental para desenredar- o tratar- el nudo.
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¿Qué es ser una buena persona?
Para Balbina Thoret, psicóloga clínica guayaquileña, especialista en terapia de parejas, dice que etiquetar a un ser humano como bueno es más complejo de lo que suena.
"Una persona buena debe actuar en consecuencia de sus buenos deseos...
En concepto, la bondad, la compasión y la humildad, incluso con personas que se no conoce, son las características ideales de una buena persona, pero tenerlas de forma integral es un poco utópico, porque no hay forma de que el otro sepa que una persona es sincera, empática y respetuosa de forma genuina”.
En esto coincide Luisana González Acosta, experta en terapia de parejas, ansiedad, trauma y apego. “Tendemos a simplificar y a generalizar la realidad para comprenderla mejor. El concepto de buena persona es debatible, ya que está influenciado por diversas ideologías y contextos culturales. Lo que se considera bueno en una persona puede variar significativamente según diversos factores”.
¿Cuál es la relación entre cómo es una persona en varios ámbitos de su vida para decir que puede ser una buena pareja?
Paulina, Julieta y Leandro, los ejemplos de este texto, se asumen como personas respetuosas, empáticas y justas. O sea que, sus valores personales y sus relaciones interpersonales deberían tener sinergia. ¿Por qué fracasan entonces?
“Si una persona practica la honestidad en su vida diaria o es empática, es probable que también lo haga en su relación de pareja, mostrando consideración hacia su compañero o compañera. No obstante, no se puede asegurar que esto se cumpla siempre de manera absoluta, ya que hay personas que pueden ser extremadamente leales con sus amigos, pero no necesariamente lo sean con sus parejas”, explica González.
Gustavo Alvarado Cañar, especialista en intervención de problemas de pareja y psicoterapia cree que el pensarse como buena persona entra dentro del campo de la moralidad y no es prudente. En el amor, ser pareja va más allá de la persona, subraya. Para establecer un lazo con otra, uno de los primeros esfuerzos que hay que hacer es entender que la individualidad debe romperse. “Debemos aprender con hospitalidad, a que lo mío no será más solamente mío, sino que será de nosotros”.
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Paulina, Julieta y Leandro, entonces, deberían considerar que existe un tropiezo continuo en sus relaciones vividas a causa de la elección o el exceso de individualidad.
“Algo clave para poder constituir una relación es que el ser humano se vincula desde la interpretación del otro, el mundo y uno mismo”, indica Cañar.
Según el especialista radicado actualmente en Quevedo, Los Ríos, en las relaciones amorosas se tiene la concepción de que mientras más se da, mejor es su participación dentro del noviazgo o matrimonio, sin embargo, dar no es garantía de permanencia. Esto, explica, se debe a una tendencia narcisista inherente a la persona, ya que el ser individual va a buscar, quiera o no, su beneficio, olvidándose del nosotros.
El sistema de pareja, según un estudio de la Universidad Autónoma de Puebla, México, requiere establecer normas y reglas de convivencia e interacción. Cuando un sistema está en crisis, se observan cambios en los límites, reglas y roles.
Paulina, Julieta y Leandro, entonces, deberían considerar que existe un tropiezo continuo en sus relaciones vividas a causa de la elección o el exceso de individualidad.
“Algo clave para poder constituir una relación es que el ser humano se vincula desde la interpretación del otro, el mundo y uno mismo”, indica Cañar.
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El sistema de pareja, según un estudio de la Universidad Autónoma de Puebla, México, requiere establecer normas y reglas de convivencia e interacción. Cuando un sistema está en crisis, se observan cambios en los límites, reglas y roles.
“Tengo que dejar de ser tan bueno”
Una de las dudas en el nosotros gira en torno a cuán dadivoso y bondadoso se es en la relación. Y si la premisa parte de que mientras más se da más se tiene, cuando no sucede esta fórmula puede parecer errónea. ¿El error de los solteros que quieren tener pareja y no pueden radica, justamente, en ser buenas personas?
A veces, las personas se aferran a la orilla o disfrutan nadando al fondo, donde sus pies no tocan la arena. La tendencia a los extremos es común en las relaciones.
“Ser atento con nuestra pareja es fundamental, pero hay una diferencia crucial entre ser considerado y asumir el rol de padre o madre de la otra persona. No se trata de asumir el rol completo de sus necesidades y anteponerlas a las propias porque esto crea un desbalance en la relación y se crea una dependencia que no es sana, para ser más específicos se crea una codependencia, cuando se exagera el cuidado hacia el otro, a menudo se destaca exclusivamente sus necesidades y se descuida el propio bienestar”.
En el ejercicio de ser buenos compañeros, es esencial mantener un equilibrio saludable. Debemos asegurarnos de no sobrepasar los límites necesarios para una relación equilibrada, evitando caer en la trampa de los mitos del amor romántico que promueven una dedicación extrema en detrimento de nuestra propia identidad.
En lugar de preguntarnos estoy siendo la persona correcta para esta persona ¿Esa persona me gusta?, recomienda González.
Recomendaciones
Para encontrar una pareja estable, insiste Thoret, es necesario pacificar el interior y no forzar la búsqueda desde la desesperación, para ello el trabajo interno es esencial para tener constancia en una relación sana de respeto con una futura pareja.
“La pareja ideal aclara tus deseos, separa lo físico de la personalidad y te hace sentir mejor persona. Esa es la diferencia”, asevera.
Entre sus recomendaciones está ampliar el círculo social y no obsesionarse con la idea de tener una relacion de pareja, pero tampoco resignarse a que no se tendrá.
Finalmente, Luisana González, sugiere hacer un ejercicio: escribir una lista con base en tu personalidad, el tipo de vínculo que anhelas y lo que te hace sentir bien dentro de una relación, para comprender cuáles son tus necesidades emocionales y saber qué tipo de pareja seria la adecuada para ti. “Si no nos conocemos, desconocemos nuestra forma de relacionarnos y es fácil caer en un tipo de vínculo que no deseemos”, finaliza.