Estos son los beneficios del entrenamiento de alta intensidad, HIIT
El entrenamiento de alta intensidad, conocido como HIIT (por sus sigals en inglés, High Intensity Interval Training), se caracteriza por la realización de ejercicios vigorosos intercalados con periodos de descanso. Uno de sus principales beneficios radica en su capacidad para producir resultados equiparables o superiores a los obtenidos mediante métodos de entrenamiento convencionales, pero en un período de tiempo considerablemente menor.
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Los intervalos del HIIT se realizan en dos fases: La primera es la del trabajo que puede estar comprendida entre 30 segundos y un minuto, en este tiempo, el ejercicio debe realizarse con la mayor intensidad posible y a una frecuencia cardiorrespiratoria máxima. La segunda fase es la de descanso que consiste en recuperarte en la mitad del tiempo en el que realizamos la fase de trabajo.
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Los beneficios de este método han sido estudiados por varios expertos. Un estudio publicado en el Journal of Physiology por Phillips, destaca algunos:
Descubre los beneficios del entrenamiento de alta intensidad: HIIT
El cuerpo continúa quemando calorías incluso después de haber terminado el ejercicio, gracias al efecto afterburn o "quemado posterior". Esto significa que en solo 20 o 30 minutos de HIIT, puedes quemar una cantidad considerable de calorías, comparable o superior a lo que podrías quemar en una hora de ejercicio convencional, es una excelente opción para personas sin mucho tiempo libre.
Tus pulsaciones llegarán hasta el 95 %, mejorando tu capacidad cardíaca y pulmonar. Los períodos de alta intensidad y de descanso del HIIT puede ayudar a fortalecer el corazón y mejorar la circulación sanguínea.
Si tu objetivo es disminuir tu porcentaje de grasa, manteniendo o aumentando tu masa muscular, esta opción es ideal. Esto se debe a que el HIIT puede aumentar la producción de testosterona y de la hormona del crecimiento, que son clave para el crecimiento muscular. Recuerda acompañarlo de una dieta adaptada a tus necesidades.
El HIIT aumenta el consumo de glucosa y mejora la sensibilidad a la insulina. Esto permite controlar los niveles de azúcar, la presión arterial y el sobrepeso.
Si vas a incursionar en el mundo del HIIT, es crucial comenzar gradualmente y escuchar tu cuerpo. Empieza con sesiones cortas de aproximadamente 15 a 20 minutos, alternando períodos de alta intensidad con períodos de descanso activo o bajo. A medida que te sientas más cómodo, puedes aumentar la duración y la intensidad de tus sesiones gradualmente.
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Calienta antes de entrenar y enfría al finalizar para evitar lesiones. Hidrata y nutre tu cuerpo adecuadamente para incrementar tu rendimiento y recuperación. Consulta a un médico o un entrenador personal para obtener orientación individualizada acorde a tus objetivos, especialmente si padeces de alguna condición médica preexistente.