5 cosas que podrían estar afectando tu peso y que quizás te sorprendan
La flora intestinal está estrechamente relacionada con nuestro peso.
Mucha gente podría pensar que la lucha contra la obesidad es un mero asunto de fuerza de voluntad, pero la investigación médica indica lo contrario.
El programa de la BBC The Truth About Obesity ("La verdad sobre la obesidad") descubrió cinco factores que pueden estar afectando tu peso que quizás te sorprenderán.
1. Microbios intestinalesGillian y Jackie son gemelas. Pero hay algo que, a simple vista, las diferencia.
Una de ellas pesa .
Durante 25 años, el profesor Tim Spector les ha hecho seguimiento a las dos en el marco de un estudio sobre gemelos que se lleva a cabo en Reino Unido y que se conoce como Twins Research UK.
Spector cree que muchas de las diferencias de peso se deben a los .
"Cada vez que comes, alimentas cien billones de microbios. Nunca cenas solo", dice.
Una muestra de heces de cada una de las gemelas reveló que Gillian, la más delgada de las hermanas, tenía , mientras que Jackie tenía muy pocas especies de estos pequeños organismos viviendo en su intestino.
". Si tienes sobrepeso, tus microbios no son tan diversos como deberían ser", señala el profesor, quien encontró el mismo patrón en un estudio en que se analizaron a 5.000 personas.
Tener una dieta sana y variada, rica en diferentes fuentes de fibra, ha demostrado ser clave para crear una gama muy diversa de microbios intestinales.
Entre las buenas fuentes de fibra dietética están:
2. La lotería de genes
¿Por qué algunas personas siguen diligentemente dietas y hacen ejercicio regularmente, pero aún así sufren por ver resultados, mientras que otras no se esmeran tanto y no acumulan kilos?
Los científicos de la Universidad de Cambridge creen que la variación de los genes que heredamos tiene un efecto de entre 40% y 70% en nuestro peso.
"Es una lotería", señala la profesora Sadaf Farooqi.
"Ahora está muy claro que los genes están involucrados en la regulación de nuestro peso y si usted tiene una falla particular en algunos genes, ".
Ciertos genes pueden afectar el apetito, la cantidad de comida que se quiere comer y el tipo de alimento que se podría preferir.
Los genes también y si nuestros cuerpos pueden manejar la grasa de manera eficiente.
Hay al menos , incluido uno llamado MC4R.
Se cree que 1 de cada 1.000 personas tiene una versión defectuosa del gen MC4R, el cual, a través del cerebro, ayuda a controlar el hambre y el apetito. Las personas con una falla en este gen tienden a tener más hambre y anhelan alimentos con más grasa.
"Realmente no hay nada que puedas hacer con respecto a tus genes, pero para algunas personas, saber que los genes pueden aumentar sus posibilidades de ganar peso puede ayudarlos a lidiar con los cambios en la dieta y el ejercicio", dice Farooqi.
3. El truco de la horaHay algo de cierto en el viejo adagio: "Desayuna como un rey, almuerza como un señor y cena como un mendigo", pero no por las razones que te podrías imaginar.
El doctor James Brown, quien es experto en obesidad, señala que mientras más tarde comamos, más probabilidades hay de que subamos de peso.
No porque estemos menos activos en la noche, como comúnmente se cree, sino debido a nuestros relojes internos.
", cuando hay luz, que cuando es de noche, cuando es oscuro", explica.
Por esa razón, las personas que trabajan turnos en horarios erráticos podrían enfrentar una batalla particular para evitar subir de peso.
Durante la noche, a nuestros cuerpos les cuesta digerir las grasas y los azúcares. Por lo que o evitar adquirir unos kilos.
Durante la última década, la hora promedio de cena en Gran Bretaña pasó de las 17:00 a alrededor de las 20:00 y eso ha contribuido al aumento de los niveles de obesidad en el país, indica Brown.
Pero más allá de los patrones de trabajo y los estilos de vida agitados de la actualidad, hay cosas que podemos hacer que marcarán la diferencia en nuestras cinturas.
para el doctor Brown.
Una mejor alternativa es y algo de grasa así como también carbohidratos. Huevos en pan tostado integral es un buen ejemplo. Eso por más tiempo.
En el almuerzo come algo sustanciosamente nutritivo y para la cena deja algo más liviano.
4. Engaña a tu cerebroHugo Harper, un científico británico dedicado al estudio del comportamiento, dice que existen formas de cambiar nuestro comportamiento alimentario inconsciente en vez de enfocarnos sólo en contar calorías.
Una estrategia, indica el experto, es: . Eso podría ser más efectivo que si le dejamos todo el trabajo a nuestra fuerza de voluntad consciente.
Así que es muy recomendable que no tengas meriendas poco saludables en tu cartera, bolso o en tu cocina.
Es mejor si recuerdas meter una fruta por si te da hambre en tu trabajo o en el camino de regreso.
y alimentos saludables.
No te sientes con un paquete de galletas frente al televisor. En cambio, . Cierra el paquete y guárdalo.
Harper también fomenta las conductas de sustitución: optar por alternativas menos calóricas de nuestras comidas favoritas en vez de eliminarlas por completo.
Apela por las versiones dietéticas de los refrescos y más que quedarte sin ellas.
"La gente no tiende a notar una diferencia cuando el tamaño de sus porciones se reduce en un 5%, 10%", indica Harper.
Existe una tendencia de comer sin pensar. Por lo que es buena idea seguir las sugerencias que tienen los paquetes de comida sobre las porciones y cuando llega la hora de la cena.
5. Las hormonasEl éxito de la cirugía bariátrica no se trata sólo de reducir el estómago del paciente, sino en el cambio de hormonas que provoca.
Nuestros apetitos están controlados por nuestras hormonas y se ha descubierto que la cirugía bariátrica, el tratamiento más eficaz contra la obesidad, y que disminuyan en número las que nos hacen tener hambre.
Pero es una operación mayor que implica y solo se lleva a cabo en personas con un índice de masa corporal de al menos 35.
Investigadores del Imperial College de Londres han recreado las hormonas intestinales que causan cambios en el apetito después de que se ha realizado una cirugía bariátrica con el objetivo de realizar un nuevo ensayo clínico.
Todos los días durante cuatro semanas, una mezcla de tres hormonas se le administra a los pacientes como una inyección.
", están comiendo menos y están perdiendo entre 2 y 8 kilos en solo 28 días", señala la doctora Tricia Tan.
Si se demuestra que el fármaco es seguro, el plan es usarlo hasta que los pacientes alcancen un peso saludable.