Por qué apoyé a mi exnovio maltratador, el estafador de Tinder Simon Leviev
Cuando el documental de Netflix, The Tinder Swindler ("El estafador de Tinder"), salió a la luz en febrero de 2022, la que en aquel entonces era novia de Simon Leviev se mantuvo a su lado.
Pero ahora dice que sintió que no tenía elección, porque estaba bajo su control emocional.
En un video grabado con un teléfono, se ve a una joven rubia sentada en el borde de una cama. Sostiene su pie izquierdo con la mano izquierda mientras habla por teléfono.
Tiene una parte de su pelo pegado a la cara, que está húmeda por las lágrimas. También se le ve una herida en el talón.
Tiene los ojos rojos y la cara enrojecida, pero su voz es clara cuando da a la persona que está al otro lado de la línea telefónica indicaciones para llegar al apartamento.
Frente a ella, hay una maleta abierta y empaquetada que yace en el suelo.
El hombre que graba el video, la noche del 29 de marzo de 2022, levanta la voz para decir: "¡Es mentira! No le ha pasado nada".
Es Simon Leviev, el estafador convicto y protagonista del documental de Netflix The Tinder Swindler ("El estafador de Tinder").
La mujer es la modelo israelí Kate Konlin, de 23 años, que era entonces su novia.
Leviev envió el video a la BBC junto con otros videos y documentos sobre su relación.
"Ella miente", escribió él estafador.
"Por supuesto que me llamaría mentirosa", le dice Kate Konlin a la BBC.
"Ha llamado mentirosas a todas las mujeres que han hablado en su contra. No quiere que cuente mi historia de abuso emocional".
Al principio, las amigas de Konlin adoraban a Leviev.
"Es demasiado perfecto", recuerda que le decían entusiasmadas, "hasta da un poco de miedo".
Shimon Heyada Hayut (que cambió legalmente su nombre por el de Simon Leviev), se coló en sus mensajes directos de Instagram en 2020 y a las pocas semanas estaban juntos.
"Al principio, nuestra relación era una bomba de amor", cuenta Konlin a la BBC. "Estaba obsesionado conmigo".
Ya no era la misma "persona alegre"
Leviev la acompañaba a sesiones de fotos y la esperaba mientras ella trabajaba. Limpiaba su casa y le enviaba cariñosos mensajes de voz.
Era intenso, pero como tenía 23 años, para ella era como entonces creía que era el amor, dice.
Pero al cabo de un tiempo empezaron las peleas.
Konlin dice que cuando él criticaba su aspecto, su ropa, su peso y su piel (con brotes de acné), empezó a perder confianza en sí misma. Nunca estaba segura de lo que él le diría a continuación.
"Sentía que tenía pies de plomo", recuerda.
Durante los 18 meses que estuvieron juntos cada vez veía menos a sus amigos y cuando lo hacía le decían que ya no era la persona alegre, extravagante y sociable que conocían.
"Decían que estaba 'gris'", indica mirándose las manos.
"Estoy en un aprieto. ¿Entiendes?"
Al cabo de unos meses, Leviev empezó a pedir dinero prestado, miles de dólares, hasta un total de US$150.000, cuenta Konlin.
Ella ya era una modelo internacional que había aparecido en portadas de Vogue Japón, Grazia Italia y la revista británica Wallpaper.
Tenía seguridad económica y afirma que él lo sabía.
Konlin le envió a la BBC más de una docena de mensajes de voz de Leviev. A menudo le grita y le pide préstamos diciendo que su propio dinero está inmovilizado en inversiones.
En una de ellas, le grita mientras le explica por qué no puede devolverle el dinero: "¡Kate, soy millonario! Y eso es un hecho".
"En este momento estoy en un aprieto. ¿Entiendes? Estoy en un aprieto. ¿Entiende eso tu jodido cerebro? Ese cerebro tuyo de pájaro. Estoy en un aprieto, Kate. Yo no te robé. Me lo diste por tu propia voluntad. Me lo prestaste. Estoy en un aprieto, eso es todo".
"El estafador de Tinder", que se convirtió en el documental más visto de Netflix en 90 países cuando se estrenó en febrero de 2022, afirma que Simon Leviev estafó unos US$10 millones a mujeres que conoció en la aplicación de citas.
Él niega las acusaciones.
"La gente me creerá porque eres una mujer"
Konlin dice que vio el documental sentada a su lado en el sofá.
"Sabía que todo era verdad", indica. Pero dice que se sintió obligada a aceptar su versión de los hechos.
Según ella, era una relación controladora y a él le resultaba fácil convencerla para que lo defendiera públicamente, por ejemplo, en el programa de noticias estadounidense Inside Edition.
"Me decía: 'Si das la cara por mí, la gente me creerá, porque eres una mujer'".
Al mismo tiempo, su bandeja de entrada de Instagram se llenó de insultos enviados por personas que habían visto fotos suyas al final del documental.
"La gente me decía que deseaba que tuviera cáncer o que me atropellara un coche y que me merecía lo peor por tener una relación con él", cuenta Konlin.
Sus discusiones se intensificaron y el 29 de marzo todo llegó a un punto crítico.
"Me sentía muerta"
"Le dije: 'Se acabó, me voy. No aguanto más'. Empecé a recoger mis cosas".
Fue entonces cuando la discusión se volvió física, indica. Dice que la empujó y ella se raspó el pie con un escalón con un borde áspero.
"Sangraba. Me sentía muerta. Quería suicidarme", recuerda.
Esto hizo que la pelea parara. Fue entonces cuando Leviev grabó a Konlin mientras ella llamaba a una ambulancia y él gritaba que no le había pasado nada.
Después de ir al hospital, Konlin presentó una denuncia contra Leviev ante la policía.
Cuando le pedimos a Leviev que respondiera, nos envió nueve correos electrónicos en 45 minutos y luego dos mensajes directos más en la aplicación Cameo.
Había muchas capturas de pantalla de mensajes de WhatsApp y un video en el que se ve a Konlin gritándole y agarrándolo.
Leviev afirma que nunca ha agredido físicamente a ninguna mujer.
Un control mundano que pasa desapercibido
Janey Starling, activista contra el maltrato doméstico, afirma que la imagen que Konlin pinta de su relación con Leviev sigue un patrón familiar.
"El control coercitivo es algo que ocurre a diario y es muy mundano. Es muy pequeño. Pasa desapercibido", afirma.
"Muchos hombres maltratadores nunca han sido físicamente violentos con sus parejas... pero han sido intensamente controladores, intensamente críticos, menospreciando y amenazando".
"Es un poco una pista falsa buscar la violencia física para determinar si una relación es abusiva", explica.
Le planteamos a Leviev varias acusaciones que Konlin hizo sobre su comportamiento, entre ellas, que la había controlado con mano dura, y él dijo que ella mentía.
A pesar de ser un estafador convicto, Leviev tiene miles de seguidores en las redes sociales.
El peligro de la "glamourización" de su estilo de vida
Sigue publicando videos de sí mismo conduciendo coches caros y pasando tiempo con mujeres hermosas. En algunos videos la gente le pide fotos con él, como si fuera una celebridad.
Cobra US$100 por un mensaje de video personalizado y US$199 por una llamada.
Su popularidad preocupa a la Liga Antidifamación (ADL), que rastrea las tendencias nocivas en Internet.
"Estamos asistiendo a una glamourización de una mentalidad y un estilo de vida hipermasculinos y contrarios a la mujer y se está esparciendo a las personas más aceptables e impresionables, especialmente a los jóvenes en edad preadolescente", afirma Jessica Reaves, directora editorial del Centro sobre Extremismo de la ADL.
"Es increíblemente peligroso porque lo que se está diciendo es: 'Tú también puedes tener este estilo de vida y además, por cierto, parte integrante de esto es deshumanizar, o en general odiar a las mujeres".
Preguntamos a Leviev si aceptaba esta descripción de sus publicaciones en las redes sociales y no respondió.
Hoy, Konlin se ríe de que quizá sea una de las únicas modelos del mundo que se alegra de haber engordado.
Dice que estaba baja de peso por el estrés durante su época con Leviev.
Después de casi un año sin ofertas de trabajo tras la publicación de "El estafador de Tinder", su carrera de modelo ha vuelto a despegar. Ahora quiere contar a las jóvenes cómo puede ser una relación infeliz y controladora desde dentro.
"Si una mujer que está en la misma situación ve lo que yo viví y cómo salí y que hoy soy más fuerte y más guapa que cuando estaba con él, ojalá pueda ver que ella también puede salir".