La falsa heredera que estafó a la alta sociedad de Nueva York
"En cierta manera, el crimen paga".
Tras salir de prisión, Anna Sorokin, la estafadora conocida como "la falsa heredera", dice que está tratando de sacar el mayor provecho posible del fraude que cometió.
Sorokin se hizo famosa por hacerse pasar por una adinerada integrante de la alta sociedad de Nueva York, con lo cual logró cometer fraudes que acumularon más de US$270.000.
Usando la falsa identidad de Anna Delvey, Sorokin vivía en hoteles cinco estrellas, vestía ropa de diseñadores de alta costura, asistía a fiestas exclusivas, viajaba en aviones privados y daba generosas propinas de US$100.
Después de más de tres años en prisión por delitos que cometió, el pasado 11 de febrero quedó en libertad condicional.
Netflix le pagó US$320.000 por los derechos de su historia y dice que también ha recibido otras ofertas.
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En una reciente entrevista con el programa Newsnight de la BBC, a Sorokin se le preguntó si el crimen paga.
"En cierta manera, lo hizo", respondió Sorokin.
La historia de sus estafas se volvió viral en 2018, lo que despertó el interés instantáneo de los productores de televisión.
"Nunca le pedí a Netflix que comprara mi historia, simplemente sucedió", dice Sorokin.
"Y todo lo demás simplemente se salió de control. No es que yo hubiera orquestado algo".
Sorokin no pudo quedarse con todo el dinero que le ofreció Netflixx, debido a una ley de Nueva York que impide que los delincuentes se beneficien de su fama derivada del delito.
La empresa cumplió con la ley y las autoridades congelaron su cuenta bancaria, lo que permitió que sus víctimas hicieran reclamos primero.
Al menos US$170.000 se utilizaron para pagar a los bancos.
Almuerzos con champán y vacaciones de lujo
Sorokin cumplió 30 años en prisión, pero tenía veintitantos cuando pasó un tiempo en Nueva York, diciéndole a la gente que tenía un fondo fiduciario de US$60.000.000 y un ambicioso proyecto para crear una fundación relacionada con el arte.
En realidad, la joven había sido pasante en una revista y provenía de una familia común y corriente de inmigrantes rusos que vivían en Alemania.
Alojándose en hoteles caros y presentando una vida de jet set en Instagram, logró engañar a otros para que creyeran en su fantasía y pagaran sus facturas.
Usando documentos falsos, incluso convenció a un banco para que le concediera un sobregiro de US$100.000, lo que la policía finalmente detuvo.
Sorokin ahora afirma que la Fiscalía jugó un papel importante en la creación de su personaje mediático durante su juicio.
"La Fiscalía tergiversó totalmente mis motivos. Dijo que yo desfilaba por Nueva York, haciéndome pasar por una heredera. Lo que sucedió fue estrictamente entre las instituciones financieras y yo, no era asunto de ellos.
Me retrataron como una falsa integrante de la alta sociedad y aficionada a las fiestas. Ese nunca fue mi objetivo", dice.
Aunque Sorokin disfrutó de almuerzos con champán y vacaciones de lujo, principalmente tenía la mira en la creación de su fundación artística y buscó fraudulentamente un préstamo de US$22.000.000 para ponerla en marcha.
Incluso produjo un folleto de alta gama (pero nunca le pagó al diseñador) y afirmó que para la fiesta de lanzamiento tenía el respaldo de artistas famosos, como el difunto Christo. Aunque antes de que el artista muriera en 2020, su publicista le dijo a la BBC que la afirmación era pura invención.
La defensa de Sorokin se basó en una narrativa de "fingir hasta lograrlo". Su abogado le dijo a la revista The Cut que contrató a un estilista para poder mantener las apariencias en la sala del tribunal.
Cuando ahora se le preguntó en qué momento Anna Sorokin comenzó a convertirse en Anna Delvey, dijo: "Siempre fui Anna Delvey".
"[Otros] me retrataron como una persona muy manipuladora, pero no creo que sea así", dice.
"Nunca fui una persona demasiado amable. Nunca intenté convencerlos de nada. Simplemente le dije a la gente lo que quería y me lo dieron. Simplemente seguí mi camino".
En la entrevista con Newsnight, Sorokin dice que nunca pensó que estuviera engañando a la gente y saliéndose con la suya.
Sorokin fue declarada culpable de cuatro cargos de robo de servicios, tres de hurto mayor y uno de intento de hurto mayor en abril de 2019. Fue absuelta de otros dos cargos.
Desde que salió de la cárcel, dice que se ha visto inundada de solicitudes de los medios y que ha contratado a su propio cineasta para que tome el control de su narrativa.
"Estoy escribiendo mi libro, tengo mi proyecto NFT [las siglas en inglés de token criptográfico, un certificado digital exclusivo que establece quién posee una fotografía, un video u otra forma de contenido online] y mi merchandising, y estoy trabajando en asuntos de reforma penitenciaria", dice.
"Estoy tratando de convertir la atención que estoy recibiendo en algo positivo".
Sorokin insiste en que no considera que ser una estafadora convicta sea una insignia de honor.
En las redes sociales, sin embargo, ella no rehuye de esta reputación.
A principios de esta semana tuiteó una imagen de una pila de libros con temáticas sobre el dinero y el engaño.
Aunque anteriormente había hablado de arrepentimiento, ahora dice que esa no es la palabra correcta, porque eso implica tristeza y ella no está triste por lo que hizo, aunque no volvería a hacerlo.
Su abogado, Todd Spodek, le dijo a la BBC que Sorokin está trabajando en una apelación y anticipa que será deportada de regreso a Alemania a su debido tiempo.
Sorokin dice que intentará quedarse en Estados Unidos.