¿Qué le pasa exactamente a nuestro cuerpo cuando morimos?
Al morir nuestro cuerpo se irá descomponiendo poco a poco. Este es un fenómeno en el que los complejos componentes orgánicos de nuestro organismos se van separando gradualmente en elementos más simples.
Según el científico forense M. Lee Goff, la descomposición es: "un proceso continuo, que comienza en el punto de la muerte y termina cuando el cuerpo se ha reducido a un esqueleto"
Existen varias señales que indican que un cuerpo inició su proceso de putrefacción. Las más conocidas son: livor mortis, rigor mortis y algor mortis
El livor mortis (lividez) es cuando el cuerpo de una persona fallecida se vuelve pálido. Esto se debe a la pérdida de la circulación sanguínea (muerte del corazón). El proceso se hace muy notorio, aproximadamente, una hora después del deceso.
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En el rigor mortis, el cadáver se vuelve rígido y completamente indestructible. Esto se puede evidenciar entre 2 y 6 horas después de la muerte y puede durar entre 24 y 84 horas. Posteriormente, los músculos se vuelven flácidos y flexibles.
El algor mortis ocurre cuando el cuerpo se enfría en su totalidad debido a que ya no puede regular su temperatura interna. Otro de los signos es la tonalidad verdosa que adquiere la piel.
El color verdoso del cuerpo se debe a que los gases se acumulan dentro de las cavidades. El sulfuro de hidrógeno reacciona con la hemoglobina presente en la sangre para formar sulfohemoglobina, sustancia que produce las tonalidades verdes.
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Finalmente, se produce la putrefacción, la que se ve facilitada por las acciones de agentes bacterianos e insectos, los encargados de despojar al cuerpo de todos los tejidos blandos, dejando al descubierto el esqueleto.