Mito o realidad: ¿el clima cambia cuando hay un sismo?
En Ecuador, un país conocido por su actividad sísmica debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, surge la duda sobre si el cambio climático podría tener alguna relación con los sismos. A pesar de la preocupación creciente por ambos fenómenos, la evidencia científica actual no establece un vínculo directo entre los sismos y los efectos del cambio climático.
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Sismos: fenómenos tectónicos independientes
Los sismos son el resultado de la actividad tectónica, específicamente del movimiento de placas tectónicas que liberan energía acumulada en la corteza terrestre. Por ejemplo, Ecuador, al estar ubicado sobre la Placa de Nazca, experimenta actividad sísmica frecuente. Este fenómeno está relacionado con fuerzas geológicas profundas, y no con cambios en la atmósfera o el clima.
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¿El cambio climático puede influir en la actividad sísmica?
El cambio climático, que resulta en el calentamiento global, el derretimiento de glaciares y cambios en el nivel del mar, puede alterar la distribución del peso sobre la superficie de la Tierra. Este fenómeno, conocido como isostasia, ha llevado a especulaciones de que en zonas donde se produce el derretimiento de glaciares, como Groenlandia, podría haber un pequeño aumento en la actividad sísmica debido a la redistribución de masas. Sin embargo, no existe evidencia científica que vincule esto con ningún país ni con regiones de alta actividad volcánica o sísmica.
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¿Qué dice la ciencia?
Estudios a nivel global no han demostrado una conexión directa entre los sismos y el cambio climático. Las placas tectónicas en la región siguen siendo el principal factor desencadenante de terremotos, mientras que el cambio climático afecta principalmente a fenómenos como la variabilidad de las lluvias, el aumento del nivel del mar y la intensidad de tormentas y huracanes, pero no a la actividad sísmica.