Estos son los objetos más extraños que han encontrado olvidados en los moteles
Los moteles, esos espacios dedicados para encuentros sexuales, donde las parejas acuden para alquilar una habitación, guardan más misterios y secretos de lo que se puede imaginar.
Ecuavisa.com habló con representantes y trabajadores de moteles de Quito y Guayaquil para despejar la duda de cuáles son los objetos más comunes que los usuarios de los moteles olvidan en el dormitorio, entre las sábanas, el baño, la tina o el parqueadero.
¿Cuáles son los objetos más comunes que encuentran en los moteles?
Es muy común encontrar prendas de vestir como chompas, sacos, gorras, medias, camisetas y demás. También ropa interior masculina y femenina, en eso coinciden todos los trabajadores de moteles consultados.
En muchas ocasiones se quedan entre las sábanas documentos personales de las parejas como cédulas, licencias y hasta tarjetas de crédito.
También extravían objetos de valor como relojes, anillos, aretes o cadenas. Para ese tipo de cosas, Juan Macio, gerente financiero de un motel de Guayaquil, cuenta que hay un protocolo que los trabajadores deben realizar: toman una foto, le ingresan en un sistema y le ingresan en una bodega.
Si los usuarios reclaman alguna de esas cosas, para entregar, se contrasta con los datos de la habitación, fecha y hora. La orden es que permanezcan en bodega durante seis meses, luego de ese tiempo se dona a entidades benéficas.
¿Qué hacen frutas y verduras crudas en las habitaciones de un motel?
Carla ha trabajado en un motel de Quito durante tres años. En ese periodo dice que ha encontrado en múltiples ocasiones frutas y verduras con forma fálica, como zanahorias y pepinillos.
Juan también cuenta experiencias similares pero da más detalles como que en la mayoría de ocasiones encuentran sobre esas verduras condones. Él cuenta que también han encontrado plátanos verdes, maduros y bananos.
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Adriana, administradora de un motel en Quito, ha aprovechado la extrañeza de los objetos para impulsar una campaña en redes sociales retratándolos. Por ejemplo, objetos relacionados a la religión, como: velas o rosarios; micrófonos y hasta los papeles del divorcio.
El sadomasoquismo también tiene un papel protagonista. Encuentran esposas, látigos y hasta fundas de basura que se utilizan con fines sexuales.
También es común encontrar juegos sexuales, incluso consoladores o vibradores. Para ese tipo de cosas Juan también tiene un protocolo: se desinfecta profundamente, se guarda en una funda hermética y se embodega por si alguien reclama.
Él dice que sí es recurrente que pidan la devolución de esos y otros objetos. Calcula que un 70% de los usuarios regresa.