El diario de una madre cuya hija fue brutalmente asesinada
A Moira Jones la secuestraron a pocos metros de su casa donde la violaron y la mataron.
A Moira Jones la secuestraron a pocos metros de su casa en Glasgow, Escocia, y la llevaron a un parque. Allí la violaron y posteriormente la mataron.
Mientras luchaba por aceptar su pérdida y la forma brutal en la que murió, su madre, Bea Jones, comenzó a escribir un diario.
Más de una década después, la mujer ha compartido el texto con la BBC y leyó lo escrito para el documental The Dark Shadow of Murder ("La oscura sombra del asesinato").
Malas noticias desde Escocia
Aquella mañana del 29 de mayo de 2008, un guardaparques descubrió el cuerpo de una mujer escondida detrás de un arbusto en medio del Queen's Park, en Glasgow.
Poco más de 24 horas después, un oficial de la policía vestido de civil tocó la puerta de la casa de los Jones en Weston, cerca de la ciudad de Birmingham, en Inglaterra, a más de 400 kilómetros de distancia.
El policía le dijo a Bea que desde Escocia.
La mujer corrió hasta el jardín, donde su esposo, Hu, se encontraba limpiando el cobertizo. Al principio, este pensó que había ocurrido un accidente de tráfico.
El policía les contó que habían encontrado un cuerpo en Glasgow y que pensaban que se trataba de su hija.
Se organizaron rápido para viajar al norte, pero antes de partir tuvieron que darle la mala noticia a su hijo Grant, quien vivía en Perth, Australia.
Sobre aquello, Bea escribiría después en su diario:
Nunca olvidaré el grito de desesperación de Grant, la angustia que pude percibir cuando le conté lo que había pasado. Traté de explicárselo lentamente.
Primero le dije que tenía malas noticias, luego le dije que era la peor noticia posible, y después solo tuve que anunciárselo... que Moira estaba muerta y que pensábamos que había sido asesinada.
"¿Qué le había pasado a nuestra hermosa niña?"
Después de un viaje de cuatro horas hasta Glasgow, Bea y Hu fueron llevados a una habitación, donde había un monitor en blanco y negro, para que realizaran la tarea más traumática de sus vidas.
En la morgue, miré directamente a la pantalla y por un segundo, solo por un segundo, reconocí a Moira.
Creo que me quedé sin aliento y solté: "Oh, Moira".
Y luego ya no estaba. No era Moira. Su rostro... había algo en la imagen que no cuadraba.
Su cabello suelto cubría la mesa, ondulado y mojado, enmarañado. No lucía liso y elegante, tal como lo solía llevar Moira.
Hubert dijo que no creía que fuera Moira. . Había reconocido la estructura ósea que rodea sus cejas y su frente.
Menos de 48 horas después de conocer la noticia del asesinato de su hermana mayor, Grant se reunió con sus padres en el aeropuerto de Glasgow. Juntos, fueron a la escena del crimen.
Era como si estuviéramos conduciendo hacia el vacío y toda señal de vida hubiera sido extirpada de la zona.
Así imagino un set de filmación, un set de grabación sin el elenco.
El parque parecía un enorme escenario vacío y los policías rodeaban el perímetro para que el público se mantuviera fuera de él.
Luego la familia fue llevada a la morgue para que Grant pudiera ver a Moira por última vez.
No le permitieron tocarla. Pero esta vez, en lugar de un monitor, pudieron verla a través de una pared de cristal.
Moira ya no estaba allíLos 10 minutos que siguieron fueron profundamente angustiantes.
Grant no pudo seguir mirando a su querida hermana y solo estuvo allí un par de minutos.
Hu y yo nos quedamos un poco más y lloramos por la muerte de nuestra hermosa Moira.
Esta vez a Hu no le quedó ninguna duda de que la mujer que tenía delante era su amada hija.
Sabíamos que era Moira y yo quise acariciar su rostro, aunque no pude. No tenía su sonrisa cálida, ni ninguna expresión, ni sus ojos llenos de vida.
Moira ya no estaba allí.
Intentamos despedirnos, pero sin abrazos ni besos, fue desgarrador.
Moira, tan buena, tan amada, tan cariñosa, tendida allí fría, sola, en una morgue de la policía, muerta.
Había sido la mejor hija, hermana y amiga que nadie pudiera tener y, aunque le hablamos mientras la llorábamos, no sentí que me estuviera despidiendo debidamente.
Siempre sentiré que no me despedí de mi niña.
Moira se mudó de Londres a Glasgow porque fue contratada como ejecutiva de ventas de Britvic, una empresa británica de refrescos, y la ciudad escocesa pronto se convirtió en su hogar.
Hizo amigos y con el tiempo empezó a salir con Paul Thompson, quien fue su novio durante cuatro años, hasta que la mataron.
Dos días antes de que fuera asesinada, Moira le dijo a su madre que ya había comprado las invitaciones para la fiesta de su 40 cumpleaños, que había planeado celebrar en septiembre.
En su diario, la maestra jubilada se lamenta por el futuro que su hija nunca tuvo.
"Mi imaginación me aterrorizaba"
En los meses que siguieron, Bea no dejó de pensar en el calvario por el que había pasado su hija. La atormentaba.
La familia aún sabía muy poco sobre cómo fueron los últimos momentos de Moira.
Era como estar en el infierno en la tierra, heridos, desconcertados, y sin saber mucho sobre lo que le había pasado a nuestra querida niña.
El certificado de defunción decía simplemente "lesiones en la cabeza y el cuello"y eso no nos decía nada.
Sabíamos que el asesinato de Moira fue brutal, pero no teníamos detalles.
Lo que imaginaba me aterrorizaba.
Vivíamos en agonía por lo que no sabíamos, a la espera de la agonía que nos supondría el conocer la verdad.
La investigación sobre el secuestro y asesinato de Moira fue compleja.
Los detectives pronto obtuvieron un perfil de ADN del sospechoso, pero no coincidía con ninguno registrado en Reino Unido.
Habían imágenes de CCTV que mostraban a un hombre misterioso caminando hacia el parque con una mujer y luego saliendo de este solo, pero luego el rastro se disipaba.
El asesino fantasma
Tras ir de puerta en puerta, encontraron el avance que necesitaban en una residencia cerca del parque.
El hombre al que la policía estaba buscando, descrito por los detectives como un "fantasma", era Marek Harcar, de 33 años. Solo había estado en Glasgow por unos días antes del salvaje ataque.
En la madrugada del 1 de junio, el exmilitar huyó de Escocia y regresó a su tierra natal, Eslovaquia. Fue localizado el 18 de junio, escondido en la casa de un amigo en Nalepkovo, una aldea rural del este del país.
Bea escribió que "no experimentó emoción alguna" cuando le informaron sobre el arresto de Harcar. Se refiere a él como "el vehículo del mal".
Ella vio al asesino por primera vez en una audiencia previa al juicio, y observó que cuando lo sacaron del banquillo de los acusados.
A pesar de todas las pruebas en su contra, este aficionado al kickboxing de 1,91m de estatura se declaró inocente, lo que obligó a la familia a enfrentar otra agonía: la de un juicio.
Durante la preparación, Bea y Hu conocieron por primera vez los detalles de las horribles lesiones sufridas por Moira.
Ya sabían que había sido secuestrada a menos de 60 metros de su piso, a las 23:30 del 28 de mayo.
Pero un examen post mortem reveló que era poco probable que Moira hubiera muerto antes de las 02:00 del día siguiente.
Sobre eso, Bea escribió:
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¿Cómo sufrió, mi niña? ¿Por qué tuvo que sufrir?