Coronavirus: 6 pasos de una eminencia de la medicina para limitar muertes sin destruir economía
El doctor Fineberg es uno de los expertos en salud pública más reconocidos de EEUU.
La meta que se plantea Harvey Fineberg, ex rector de Harvard, no apunta solo a aplanar la curva, es más ambiciosa.
“El objetivo es aplastar la curva. China hizo esto en Wuhan. Podemos hacerlo en este país en 10 semanas”. La sentencia fue publicada en el New England Journal of Medicine, como parte de una nota editorial en la que se hace eco de las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump: “El presidente dice que estamos en guerra con el coronavirus. Es una guerra que debemos luchar para ganar”, escribió.
Según portales internacionales como infobae, su visión no deja afuera el aspecto económico, al que le otorga un lugar de privilegio para salvar “entre miles y más de un millón de vidas estadounidenses que están en peligro”.
Fineberg asegura que la economía y la salud no tienen que competir como si defendieran intereses antagónicos. ¿Cómo lograr ese ideal y cuánto tiempo llevaría? Según Fineberg, si EEUU sigue los siguientes seis pasos puede vencer al COVID-19 a principios de junio:
El presidente debe sorprender a sus críticos y nombrar un comandante que informe directamente al presidente. Esta persona debe tener la plena confianza de Trump y debe ganarse la confianza del pueblo estadounidense. Este no es un coordinador entre agencias. Este comandante tiene todo el poder y la autoridad del presidente estadounidense para movilizar todos los activos civiles y militares necesarios para ganar la guerra. Pídale a cada gobernador que designe un comandante estatal individual con autoridad estatal similar.
No todas las personas necesitan hacerse la prueba, pero todas las personas con síntomas, sí. La nación necesita prepararse para realizar millones de pruebas de diagnóstico en las próximas dos semanas. Esta fue la clave del éxito en Corea del Sur. Cada decisión sobre el manejo de casos depende de una buena evaluación médica y los resultados de las pruebas de diagnóstico. Sin pruebas de diagnóstico, no podemos rastrear el alcance del brote.
Un amplio suministro de PPE (siglas en inglés de Equipo de Protección Personal) debería ser el estándar para todos los trabajadores de la salud de los EEUU. No enviaríamos soldados a la batalla sin chalecos antibala: los trabajadores de la salud en la primera línea de esta guerra no merecen menos. Los centros de distribución regionales deberían repartir rápidamente respiradores y otros equipos necesarios desde depósitos nacionales hasta los hospitales con mayor necesidad.
Primero necesitamos saber quién está infectado; segundo, quién se supone que está infectado (es decir, personas con signos y síntomas consistentes con infección que inicialmente dan negativo); tercero, quién ha sido expuesto; cuarto, quién no se sabe si ha estado expuesto o infectado; y quinto, quién se ha recuperado de la infección y está adecuadamente inmune.
Debemos actuar sobre la base de síntomas, exámenes, pruebas y exposiciones para identificar a los que pertenecen a cada uno de los primeros cuatro grupos. Hospitalice a las personas con enfermedad grave o de alto riesgo.
Una enfermería de aislamiento para todos los pacientes disminuirá la transmisión a los miembros de la familia. Convierta los hoteles ahora vacíos en centros de cuarentena para albergar a los que han estado expuestos y sepárelos de la población general durante 2 semanas.
Hay que ser capaces de identificar el quinto grupo, aquellos que se infectaron previamente, se han recuperado y son inmunes.
En este esfuerzo total, todos tienen un papel que desempeñar y prácticamente todos están dispuestos. Hemos comenzado a desatar el ingenio estadounidense para crear nuevos tratamientos y una vacuna, proporcionando una mayor variedad y cantidad de pruebas de diagnóstico, y utilizando el poder de la tecnología de la información, las redes sociales, la inteligencia artificial y la informática de alta velocidad para idear soluciones novedosas.
Estos esfuerzos deberían intensificarse. Todos pueden ayudar a reducir el riesgo de exposición y apoyar a sus amigos y vecinos en este momento crítico. Después de que todos los trabajadores de la salud tengan las máscaras que necesitan, el Servicio Postal de los EEUU y las empresas privadas dispuestas pueden unirse para entregar máscaras quirúrgicas y desinfectantes para las manos a cada hogar estadounidense.
La atención clínica mejoraría enormemente con un tratamiento antiviral eficaz, y cada vía plausible debería investigarse. Lo hicimos con el VIH; ahora, necesitamos hacerlo más rápido con SARS-CoV-2. Los médicos necesitan mejores predictores de qué condición del paciente tiende a deteriorarse rápidamente o quién puede morir. Las decisiones para determinar la respuesta de salud pública y reiniciar la economía deben ser guiadas por la ciencia. Si descubrimos cuántas personas han sido infectadas y ahora son inmunes, podemos determinar que es seguro para ellos regresar a sus trabajos y reanudar sus actividades más normales.
La hipótesis de Fineberg es que se trata de una guerra que se gana con base en avances científicos, y las decisiones deben tomarse basado en pruebas. En su visión, “podemos comenzar a revivir negocios de todo tipo, incluidas aerolíneas, hoteles, restaurantes y lugares de entretenimiento. Al poner dinero en efectivo en los bolsillos de las personas durante los próximos dos meses, proteger a las pequeñas empresas y liberar las restricciones de crédito, el Presidente, el Congreso y la Reserva Federal habrán posicionado a la economía para que vuelva a crecer una vez que el virus no esté presente”.