¿Duelen para siempre las rupturas?
Con los planes en marcha, un fondo de ahorros y un anillo decorando su mano izquierda, Penélope tomó la decisión definitiva de terminar su relación y despedirse de todas las promesas construidas.
Durante su noviazgo nunca se consideró una mujer insegura o con la necesidad de revisar cada acción de su prometido, no cuestionó mensajes como “estoy cansado, voy a dormir” ni sentía que existía la posibilidad de engaños.
Este contexto de estabilidad y calma se desplomó por casualidad. “Yo solía sacar las facturas a su nombre. Un día necesité el nombre de un medicamento que tomaba a causa de las alergias (que padecía) y revisé su correo”, inicia contando Penélope.
Como revisar algo de su pareja nunca representó un momento de ansiedad, buscaba la factura electrónica con calma. Sin embargo, le llamó la atención un consumo de USD 300. “¿Por qué él gastaría tanto dinero si estábamos ahorrando?”, pensó. Su sorpresa pasó de cuánto a en dónde: el monto se gastó en una discoteca.
Penélope, según la describen sus allegados, tiene como lema el orden. Buscó en sus conversaciones el día que estaba detallado en la factura y coincidió con un mensaje que, en su momento, parecía honesto. “Me duele la cabeza, Penélope. Voy a dormir”, decía el texto.
Los sentimientos cuando algo descuadra la realidad que conocemos son ansiedad, confusión, y desorden. “No puede ser”, “a ver, cómo”, “es que no entiendo”, y otros pensamientos intrusivos. Con un manojo de ellos, siguió revisando el buzón y encontró dos facturas más de restaurantes y otros locales. Pero no reclamó. Aún se cuestiona el porqué.
Las rupturas inician incluso antes de decir adiós.
Pasó una semana y la duda seguía invadiendo la mente de Penélope de forma parcial, porque recientemente había entrado a un nuevo empleo. Y aunque no tenía mucho tiempo para pensar en temas personales, había un peso. “No había espacio para lo personal y cargué con mi mochila sola”, cuenta.
El final de este cuento llegó cuando Penélope estaba junto a su prometido y la pantalla de su celular parpadeó por una notificación. "No hay espacio para la reservación en x local a nombre de ___ y ___." La duda tenía nombre y apellido.
Hubo confrontación, excusas y la ruptura definitiva.
¿Qué hace que una relación sea más importante que otra?
Andrea Morán Aguirre , psicóloga clínica ecuatoriana explica que todo se trata del vínculo. De esta forma cada relación, a lo largo de la vida, de una persona tendrá un peso distinto y por ello, cuando hay rupturas amorosas, unas duelen más que otras.
"La conexión emocional profunda en torno a que una relación hace que esta se vuelva muy significativa y, por ende, existe una compresión mutua y una sensación de ser verdaderamente conocido y comprendido por el otro", explica la especialista.
¿Por qué duele la ruptura?
El divorcio o la ruptura de un noviazgo es parecido a la pérdida física de un compañero. Para el Sadhguru Jaggi Vasudev, autor de libros de autoayuda y reconexión interior según el shivaísmo, esta separación es una muerte voluntaria, porque lo que se conoce como 'yo', es un volumen de memoria.
"Romper el vínculo es un proceso mental y físico, o sea que duele; malestar e incomodidad, ya que la historia que se comparte con una pareja es una compleja amalgama de memoria que vive en el cuerpo", explica el conocedor.
En esto coincide la especialista investigada. "Es un tema integral porque el dolor está ligado a factores biológicos; está el sistema de apegos y los neurotransmisores. Al momento de perder una relación, existe una disminución abrupta, por ejemplo, de oxitocina".
Clavo que saca otro clavo y otras formas de vivir clavado al dolor
La especialista Andrea Morán Aguirre advierte además, de un gran error: entrar rápidamente en otra relación.
La mayoría de las personas creen que la mejor forma de saltar este dolor ( el de una ruptura) es vivir otra historia de amor instantáneamente. Sin embargo, es importante que el cuerpo y la mente tenga tiempo de reponerse. De otra forma, este espacio nuevo será superficial y el dolor continuará, por eso se cree que aquel viejo amor, que no pudo ser, duele y dolerá para siempre.
Una vez que nos distanciamos de nuestra pareja, el cuerpo debe pasar por un proceso para arrancarse las memorias acumuladas.
"Muchas veces, encontrar nueva pareja inmediatamente es una forma de evitar el dolor o no encontrarse con la soledad. Pero entonces no hay un proceso de duelo, es un error", añade Morán.
"Cuando se pierde todo lo construido e idealizado estamos en duelo y el duelo conlleva al sufrimiento, ya que significa la ausencia de la persona y la rutina se altera.
¿Superar esa relación importante es posible gracias al tiempo o al ego?
El primer paso para superar esto es identificar qué tipo de apego se tiene con la pareja, indica Morán. "Todas las relaciones románticas involucran un proceso de apego y el hecho de terminarlas puede desencadenar una reacción emocional".
Superarlo rápido o lento no depende ni del tiempo ni del ego únicamente, aunque así parezca. Levantarse de la ruptura es un proceso multifacético que va a implicar factores internos y externos.
El tiempo será algo lógico no cronológico. "Cada tiempo de recuperación dependerá de la persona. Hay personas que viven en duelo más tiempo que otras y esto permite visualizar la relación como ente externo".
"El duelo nos da una perspectiva diferente del tipo de relación que se tuvo"- Andrea Morán, psicóloga clínica.
Entre las recomendaciones que da la especialista está enfocar la energía en otras diligencias que generen la misma felicidad que en su momento dio la relación fallida. Por ejemplo, involucrarse en actividades académicas o encontrar un nuevo pasatiempo.
"Estas nuevas experiencias que me trae el tiempo van a permitir que se construya una nueva rutina y despegar poco a poco de aquel dolor que se transformará", detalla Morán.
Que el dolor se sedimente y una persona logre reponerse es un tema complejo y no generalizado. No hay una fórmula mágica, por ello es necesario conversar con un especialista para ahondar con precisión en cada caso.
Si te sientes identificado o estás pasando por un proceso similar, es indispensable que acudas a terapia.