Reproducción sin apareamiento en el reino animal ¿Cómo funciona?
La reproducción sexual, que requiere de un óvulo y un espermatozoide, es la forma más común de reproducción en el reino animal. Sin embargo, en la partenogénesis, ciertos animales tienen la capacidad de reproducirse sin la necesidad de un macho. Este proceso permite que el cuerpo de la hembra reemplace los genes que normalmente aportaría el espermatozoide.
En la meiosis, proceso a través del cual los ovarios producen óvulos, las células se replican, reorganizan y separan, produciendo óvulos con la mitad de los cromosomas de la madre. Estos óvulos son conocidos como células haploides.
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Durante la meiosis, también se generan cuerpos polares, células más pequeñas que pueden fusionarse con el óvulo en un proceso llamado automixis. Esta forma de partenogénesis, observada en tiburones, mezcla los genes de la madre, produciendo crías que no son clones exactos, pero que son genéticamente similares a ella.
Otro tipo de partenogénesis es la apomixis, donde las células reproductoras se replican por mitosis, un proceso de duplicación celular que crea dos células diploides idénticas.
Este tipo de partenogénesis no involucra recombinación genética, resultando en clones genéticamente idénticos a la madre. La apomixis es más común en las plantas, pero también se ha observado en algunos animales.
La partenogénesis ha existido durante millones de años, inicialmente en organismos pequeños y simples. En vertebrados más complejos, esta capacidad puede haber surgido como una adaptación a condiciones ambientales adversas. Este fenómeno es usual en especies que habitan en islas y desiertos, donde encontrar pareja puede ser difícil.
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La mayoría de los animales que se reproducen por partenogénesis son pequeños invertebrados como abejas, avispas, hormigas y pulgones. Estos animales pueden alternar entre reproducción sexual y asexual según las condiciones ambientales.
En vertebrados, se ha observado la partenogénesis en más de 80 especies, con una alta prevalencia en peces y lagartos. Es raro encontrar partenogénesis en vertebrados grandes como tiburones y serpientes.