Presidente Lenín Moreno hace una crítica al gasto corriente del Estado
Mandatario dijo que el Estado tiene demasiados vehículos y mucho personal de seguridad.
Una vez finalizada la posesión ante las comunidades indígenas afines al gobierno, el presidente participó en un conversatorio con los periodistas de medios internacionales acreditados en el país.
Allí se refirió a la salida de Ecuador de los tratados bilaterales de inversión con 16 países, decisión que fue tomada en el anterior régimen.
“Vamos inmediatamente a hacer un llamado cordial a esos países para iniciar la negociación de nuevos tratados. Queremos reforzar, queremos refrescar, queremos alimentar las confianzas con todos los países del mundo”, dijo.
Sobre el proyecto de ley para regular los actos de odio y discriminación en las redes sociales que fue enviado el 23 de mayo a la Asamblea por el expresidente Rafael Correa, Moreno aseguró que aún no conoce su contenido.
“Sí, debemos evitar el odio; sí, debemos evitar la calumnia; sí, debemos evitar la diatriba; sí, debemos evitar la denostación de la gente y creo que debe haber una norma, pero es una norma que debe ser consensuada, no debe ser una norma impuesta”, manifestó.
En el conversatorio hubo espacio para la autocrítica, principalmente en el aspecto económico. El jefe de Estado cuestionó algunos rubros del gasto corriente.
“Saber qué se puede ahorrar; uno tiene que ser extremadamente meticuloso, extremadamente escrupuloso con los dineros que no son de uno, que son los dineros del pueblo ecuatoriano. Yo, por ejemplo, hoy por la mañana vi una caravana de vehículos que me acompañaba demasiado grande; hay que reducirla. Hay gente que me protege; debe ser en menor cantidad. Como le decía a mi esposa: ‘Si debo tener 200 personas cuidándome, prefiero que me maten’”, indicó.
En otros temas económicos, Moreno se refirió a las fuentes de financiamiento para mantener el presupuesto.
“Hemos iniciado ya los acercamientos con el Banco Mundial, es una excelente fuente de financiamiento; sabemos perfectamente que las condiciones de las que tenía hace 10, 15 o 20 años son perfectamente distintas, que ahora esos créditos son más accesibles y más asequibles, y sin duda alguna vamos a llegar también con ellos a algún acuerdo”, expresó.
Además, hizo un anuncio relacionado a los procesos judiciales en contra de actores sociales y políticos.
“Va a haber buenas noticias en los días que vienen, va a haber buenas noticias con respecto a lo que se considera juicios contra la libertad de expresión, contra la libertad de manifestarse libremente. La idea es comenzar una nueva era, la idea es comenzar una nueva forma, un nuevo trato”, aseguró.
Moreno no descartó plantear una reforma a la Ley de Comunicación, sobre ello dijo que esta normativa debe ser orientadora y no sancionadora.
El presidente Lenín Moreno solicitó al fundador de WikiLeaks, el australiano Julian Assange, que "no intervenga" en la política ecuatoriana en su condición de asilado.
El gobernante hizo el pedido "respetuoso" a Assange de que "no intervenga en la política ecuatoriana ni en la política de los países amigos".
"Su condición no le permite hablar acerca de la política de los países, menos del nuestro", señaló Moreno tras una ceremonia indígena en el parque arqueológico de Cochasquí, al norte de Quito, en que recibió un simbólico bastón de mando.
Hace una semana, Suecia decidió archivar una causa por violación contra Assange, quien desde junio de 2012 está refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, donde ha podido eludir una orden europea de prisión.
El Gobierno ecuatoriano le concedió asilo ese mismo año.
Moreno, quien asumió el cargo de presidente el miércoles, dijo que Ecuador "propenderá" a que Londres "permita traer al señor Assange al Ecuador o al país en el cual él desee residir".
Tras la decisión sueca, la Policía británica indicó que detendrá a Assange si abandona la legación ecuatoriana por violar en 2012 su libertad condicional al refugiarse en ese lugar, un delito castigado con un año de cárcel.
El australiano sostiene que su extradición a Suecia es una maniobra para ser entregado a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por la publicación de documentos militares y diplomáticos confidenciales.
Washington no ha confirmado ni negado si tiene abierta una causa judicial contra Assange.