Galápagos: el eterno debate entre la oferta turística y la conservación de la naturaleza

Lo de Galápagos está en todas partes. La escasez provocada por la avería de un barco que trasladaba productos de todo tipo a las islas, ocasionó que durante al menos tres meses se produjera paulatinamente un desabastecimiento inusual para sus habitantes.

Hubo falta de alimentos esenciales, gas para uso doméstico y otros productos, lo que afectó la calidad de vida que trajo el posterior encarecimiento de los mismos.

Luego, casi a semana seguida, una turista estadounidense de origen mexicano fue mordida por un tiburón mientras hacía snorkeling cerca de la isla Baltra. La interacción provocó heridas severas en la pierna derecha de la mujer que luego fue trasladada hasta Guayaquil para su recuperación.

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El último incidente que también trascendió internacionalmente y que ocurrió hace menos de 10 días, se dio por la caída de un niño francés de ocho años en un cráter volcánico de la Isla Santa Cruz. El hecho se produjo en una de las atracciones turísticas de la isla y dejó un traumatismo craneal y heridas en el rostro al menor.

Pero antes, en mayo, se registró la muerte de una mujer luego de caer de la embarcación turística en la que se encontraba. Esto ocurrió también en Santa Cruz.

Así, esos diferentes hechos que no tienen relación directa, terminan pareciéndose por la agresiva cobertura periodística que se genera alrededor de ellos. Y las maravillosas Islas Galápagos se convierten en foco de interés a nivel mundial, más allá de lo que ya se sabe; que son únicas, que su biodiversidad es especial y que sus especies sólo existen en este pequeño espacio del planeta.

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Pero el archipiélago mejor conservado del mundo tiene problemas que van más allá de los que se vuelven mediáticos cuando ocurren.

Allá, en voz de Franklin Vega, un experimentado periodista de investigación en temas ambientales, la situación es compleja desde hace varias décadas, y se refiere por complejidad al ingreso masivo de turistas ante la oferta -aparentemente- descontrolada de promociones a este destino.

Dice que en el año 2000 se hicieron investigaciones que alertaban sobre este aumento de visitantes en esa parte de Ecuador. Se habló de un límite de 100 mil personas, pero tan sólo en 2004 se sobrepasó esa cifra.

Entre las medidas que se han tomado en el intento de controlar este fenómeno, Vega, quién además es parte Bitácora Ambiental, un medio de comunicación especializado en estos temas, nos explica que se cambió la forma de regular que era a través de la capacidad máxima de carga por la de límite de cambio aceptable, que hace que la medición ya no sea global, sino por cada sitio. Pero lamenta el hecho de que nada de esto pueda servir si no se limita el crecimiento anual de turistas.

Lo ultimo que Bitácora Ambiental reportó a través de sus cuentas de redes sociales fue un video de como se evidenciaría la saturación de una de las playas en Galápagos. Lo que identifican como Bahía Tijeretas, en la isla San Cristobal, demuestra que serían cientos de personas compartiendo un pequeño espacio, que, como todos dentro del archipiélago al ser área protegida, tiene regulaciones.

Vega revela que este es un tema incomodo y hasta delicado de hablar para los habitantes de las islas. Lo afirma porque asegura que al menos el 80% de quienes allí habitan dependen del turismo, y el que no, está relacionado, tiene un familiar, un amigo o un conocido en el negocio.

Lo que ocurre desde adentro, también es complejo desde el control que se hace afuera. En la intención de crear políticas que intenten frenar un poco este crecimiento exponencial, se autoriza la apertura de nuevas rutas hacía los aeropuertos de Galápagos.

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Lo que ocurre en Galápagos se agudiza con los años. Y los problemas pueden aumentar con la población regular que también aumenta, pero también hay personas en situación no legal. Las zonas pobladas actualmente acogen a más 30 mil residentes permanentes, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

El impacto que esto ocasiona cada año, junto con el ingreso de turistas, nuevos vehículos, uso de suelo en nuevas construcciones, aumento de la infraestructura hotelera, uso de recursos como agua, electricidad, combustibles, recolección de desechos y hasta el ingreso de especies no autorizadas, ponen en alerta a uno de los lugares más especiales del mundo.

Pedimos una vocería del Parque Nacional Galápagos para intentar contestar algunas de las interrogantes planteadas durante la elaboración de este reportaje, pero hasta el cierre de nuestra publicación no han contestado a nuestras preguntas.

Al Consejo de Gobierno de Galapagos también solicitamos una entrevista, pero la agenda con el presidente de esta institución estatal estaba complicada y se sugirió conversar con alguna otra entidad relacionada al tema.

Ecuavisa seguirá profundizando sobre lo que ahí ocurre, por ello a partir del lunes 17 de julio en las emisiones de los noticieros Televistazo a escala nacional, se transmitirán una serie de reportajes especiales en los que se intenta explicar varias de las problemáticas que se viven en esta parte del país, una maravilla del mundo que necesita de la atención adecuada y de las políticas públicas que permitan preservarla maravillosas y únicas.

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