Sudáfrica llora unida la muerte de Mandela y celebra su vida
Sudafricanos lloran la muerte de su expresidente Mandela frente al Ayuntamiento de Ciudad del Cabo.
Toda Sudáfrica llora hoy la muerte del luchador anti-apartheid y héroe nacional Nelson Mandela, fallecido en la noche del jueves a los 95 años tras una larga enfermedad.
Los actos en recuerdo del primer presidente negro de Sudáfrica comenzaron hoy y continuarán durante la próxima semana hasta la celebración de un funeral de Estado cuya fecha está aún por definir y en el que se espera la presencia de presidentes y jefes de gobierno de todo el mundo.
El cadáver de Mandela fue trasladado esta mañana de su casa en Houghton, en Johannesburgo, al hospital militar de Pretoria, ante un fuerte despliegue policial.
En todo el país las banderas ondean a media asta mientras la muerte del premio Nobel de la Paz ocupa todo el tiempo de las emisiones de radio y televisión, acompañadas por música de los años 80. Muchos sudafricanos fueron hoy a trabajar llevando un crespón negro en señal de luto.
Sin embargo, las muestras de luto y llanto se unieron a las celebraciones por su vida: ante la casa de Mandela en el barrio de Houghton, en Johannesburgo, cientos de personas se congregaron en la noche del jueves de forma espontánea, cantando, bailando y encendiendo velas y llevando imágenes de Mandela o la bandera sudafricana. Algunos liberaron palomas blancas.
El presidente sudafricano, Jacob Zuma, también acudió a la vivienda, así como antiguos compañeros de Mandela, como Andrew Mlangeni, juzgado junto a Mandela, o el opositor Mosiuoa Lekota.
Los sudafricanos también se congregaron ante su vivienda de Vilakazi Street en Soweto, donde vivía con su ex mujer Winnie Mandela. "Para mí era como Jesucristo. Pero también estaba al nivel de la gente", dijo uno de sus antiguos vecinos a la radio local Cape Talk.
El ex arzobispo de Ciudad del Cabo Desmond Tutu alabó hoy al que fuera su compañero en la lucha contra el sistema de segregación racial del Apartheid durante una misa celebrada en la catedral anglicana de San Jorge en la capital sudafricana. "El país ha perdido a su padre", señaló.
A la celebración acudieron cientos de personas que rezaron por el amado héroe nacional y su familia.
El presidente sudafricano Zuma, el encargado de anunciar la muerte de Mandela en la noche de jueves, recordó los valores de la unidad nacional que defendió Mandela, "el padre de la nación" y alabó su visión de una Sudáfrica unida, democrática y floreciente sin cabida para el racismo o el sexismo. "Cumplamos su visión, que era la de una sociedad en la que nadie fuera explotado y reprimido".
También la líder de la oposición, Helen Zille, llamó a los sudafricanos a trabajar por la idea de libertad y unidad que promovió el Nobel de la Paz. "Todos somos de la familia sudafricana y por eso le pertenecemos también a Madiba". Mandela, dijo, fue "el mayor sudafricano que vivió nunca".
La alcaldesa de Ciudad del Cabo, Patricia de Lille, rompió a llorar y no pudo terminar su discurso ante los periodistas. "El dolor de dejarlo ir es demasiado", señaló.
Los líderes del movimiento libertario y actual partido gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA) hablaron de Mandela como "la encarnación de la humildad, la igualdad, la justicia, la paz y la esperanza de millones de personas, en el país y el extranjero". "Sigue viviendo en cada uno de ustedes y en sus casas, porque nos dio su vida a todos nosotros".
También el adversario de Nelson Mandela durante la era del Apartheid y su antecesor en la presidencia, Frederik Willem de Klerk, convertido después en su compañero de transición, dijo que trabajar con Mandela fue un honor, mientras numerosos políticos, partidos, sindicatos y organizaciones de toda Sudáfrica alabaron su trabajo.
Mandela pasó 27 años de su vida en prisión por su lucha contra el sistema del apartheid y en 1994 se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica (hasta 1999) y en héroe nacional por allanar el camino a la reconciliación de negros y blancos en su país. Se retiró de la vida pública en 2004 y su última aparición en público se remonta a 2010, cuando Sudáfrica acogió el Mundial de fútbol.
Su salud se había deteriorado dramáticamente a comienzos de año y fue hospitalizado en junio por una pulmonía y dado de alta en septiembre.
Ahmed Kathrada, un estrecho amigo y activista contra el apartheid que estuvo en la cárcel con Mandela, contó cómo se había debilitado en los últimos meses: "Lo conocía desde hace 67 años (...) y siempre lo vi como un hombre fuerte; cuando lo vi en el hospital era una sombra de sí mismo", contó a la emisora eNCA.
El país se preparaba desde hace tiempo para la muerte de Mandela, pero el anuncio en la noche del jueves sacudió a la nación del arcoiris. Y los testimonios coinciden: ha muerto el padre de los sudafricanos.