Testimonio de un paciente: Dejé las diálisis tras un trasplante del riñón
Juan S., de 27 años, se benefició del programas de trasplantes que desarrolla el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Hace cuatro años, recibió un riñón que le ha permitido mejorar su calidad de vida ya que padecía por seguir un largo tratamiento con diálisis por una enfermedad renal crónica.
“Las diálisis limitaban mis actividades, pues debía pedir permisos por horas todos los martes y jueves. Gracias al IESS y al personal del HCAM, el trasplante me ha permitido desarrollar mi trabajo con normalidad”, afirma.
La primera vez que le dijeron que necesitaba diálisis, su mamá se desmayó pero sus padres nunca se derrumbaron y le apoyaron. “Nunca vi quebrarse a mis padres, siempre me dieron su mejor versión para que yo también entregue lo mejor de mí en el tratamiento”.
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Uno de los mejores recuerdos que tiene luego del trasplante es que ya no debía volver a las diálisis, “Dejé las diálisis tras el trasplante del riñón. Por primera vez, disfruté ocho días de vacaciones, fue mi primer viaje luego de un proceso largo y cansado porque mientras estudiaba me hacía la diálisis”.
Tenía un problema hormonal y eso no permitía que le operen. “Me decepcionaba, lloraba solo, no me gustaba que me vean triste y decaído, quería demostrarles que estoy bien y tranquilo”.
Juan S., indica que quiso tatuarse el brazo de negro para tapar las marcas que le dejó las diálisis. “Son heridas que duelen pero que a la vez se convierten en una nueva esperanza”, dijo mientras destaca que su relación con los médicos que le trataron en el HCAM es buena, “los veo como amigos y cualquier duda que tengo les escribo”.
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