Ecuatorianos que estudian en Argentina están en medio de la incertidumbre por decisiones de Milei
Juan Diego Yungán viajó a Argentina en el 2019 para estudiar medicina en la Universidad de Buenos Aires. Los motivos fueron dos: el prestigio de la Universidad y la gratuidad de los estudios en una institución pública.
Por años, Argentina ha sido uno de los principales destinos de ecuatorianos para estudiar en el exterior. De hecho, y según datos del Ministerio del Interior, entre 2015 y 2020, 23 089 ecuatorianos viajaron ese país para cursar estudios universitarios y de postgrado.
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La continua devaluación del peso argentino frente al dólar jugaba a favor de los estudiantes ecuatorianos. Podían costear el alquiler de vivienda, transporte, alimentación y diversión en Argentina con menos dinero del que necesitarían para pagar la pensión en una universidad privada en Ecuador.
Con una economía debilitada, el gobierno de Javier Milei propuso al Congreso la Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos. Planteaba, entre otras cosas, que las universidades públicas cobren a extranjeros no residentes por su formación.
Aunque a inicios de febrero, el Mandatario argentino retiró el paquete de Leyes ante la negativa de los diputados de oposición, la iniciativa queda en el aire y no se descarta su aplicación mediante consulta popular. Milei alcanzó la presidencia en diciembre de 2023 con casi el 56 % de los votos, y su aprobación no se ha desvanecido.
Esto, sin embargo, ya causa los primeros estragos y los ecuatorianos se cuestionan si Argentina sigue siendo la mejor alternativa.
Trámites más complicados y costosos para extranjeros
Evelyn Guerrero partió desde Ecuador hacia Argentina en el 2012, también para estudiar medicina, y decidió radicarse allá. Ella explica que hizo el papeleo con una agencia, pero que el proceso fue extremadamente sencillo. Por eso, para generar ingresos adicionales mientras continuaba con su preparación, guía a jóvenes en los trámites para su viaje.
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Tras el anuncio de Milei, dejó esa actividad por falta de clientes, por lo difícil que se tornó realizar los trámites y porque el costo de vida ahora es mayor.
"Todo ya subió de precio y supongo que tal vez algún rato ya me cobren a mí", señaló Juan Diego Yungán.
El joven de 23 años indica que ha considerado la posibilidad de retornar a Ecuador si la situación se mantiene. Los gastos para su manutención suman casi lo mismo que le costaría pagar mensualidades para estudiar en una universidad privada en Quito o Guayaquil.
El arriendo de un departamento de dos cuartos, amoblado, que quedaba cinco minutos de su universidad, pasó de USD 660 a USD 1 000. El valor lo comparte con un compañero de piso.
En comida invertía USD 150 mensuales cuando recién empezó a estudiar. En los últimos meses, gasta USD 250. El continuo incremento preocupa a sus padres que son los que envían dinero para su manutención.
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Al respecto, el sociólogo argentino Gabriel Saquilán Ruffa señaló que el cobro de matrículas a extranjeros no es un planteamiento nuevo. "Cada tanto vuelven a la carga con lo mismo, pero no mejoraría nada", sostuvo en una entrevista con Ecuavisa.com.
"La realidad es que es un buen indicativo de la calidad de la enseñanza universitaria de acá, y un orgullo del sistema público y gratuito. En números no es real que haya un mayor aprovechamiento de los extranjeros", asegura el analista.
No obstante, indica que hoy por hoy las universidades estatales no saben cómo van a hacer para continuar y pagar salarios, ya que aún no tienen presupuesto asegurado. La situación también se replica para estudiantes de postgrado, quienes en muchas ocasiones incluso cuentan con estipendios de becas públicas.
Por el momento ese beneficio no se detendrá, pero aún es incierto si las becas se seguirán otorgando a extranjeros, o si se dedicarán a estudiantes nacionales. Desde su perspectiva, Saquilán considera lo que pretenden es, paulatinamente, ir haciendo más precaria la Universidad Pública e incentivando las privadas.