Testimonio de inseguridad: una mujer quedó ensangrentada tras asalto en bus que cubría la ruta Cumbayá-Quito
Los casos de robos y asaltos en las unidades de transporte, que viajan con usuarios desde la terminal Río Coca hacia Cumbayá y viceversa, son frecuentes. A continuación, el testimonio de Rubén (nombre protegido), quien vivió un asalto en un bus mientras se dirigía a Quito, la noche del sábado 20 de enero de 2024.
No es la primera vez. Ya son cuatro veces las que ha tenido una experiencia de esa índole. Su relato:
"Ocurrió aproximadamente a las 19:30, en la avenida Oswaldo Guayasamín que conecta a Quito con los valles de Cumbayá y Tumbaco. Tomé la unidad y posteriormente tres individuos se subieron en la parada El Cebollar, a la altura del puente peatonal, con dirección a la capital, tal como ocurrió en el anterior asalto. Uno de ellos, al parecer, tenía el tatuaje de un lobo en su mano.
Vestían pantalones cortos, gorra y camisetas deportivas. Al principio, uno se sentó frente a mí y me percaté que tenía dos cortes en la pierna derecha, los cuales eran visibles porque llevaba puesto un short. Por su aspecto, desde el principio, ya me imaginé que iba a pasar lo mismo que en las otras tres ocasiones en que me robaron.
Al poco tiempo de que el vehículo iniciara su camino, los maleantes comenzaron a amedrentar a los pasajeros. Dos tenían revólveres grandes y uno llevaba un cuchillo. Yo iba en la cuarta fila de asientos y escuché lo que decían: insultos, malas palabras y amenazas.
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Robaron los teléfonos celulares, pero hubo personas que no quisieron entregarlos y los delincuentes comenzaron a golpearles con la cacha de sus revólveres. Así, rápidamente, un ladrón tomó como 10 aparatos y se los guardó. Por suerte, yo pude esconder el mío y no me lo quitaron. Tampoco me agredieron como les pasó a otros.
Un señor llevaba una cadena de oro y no se dejaba robar, por lo que le golpearon dos veces, muy fuerte, con el mango de un revolver y sangró. La misma suerte corrió una mujer que se negaba a entregarles su celular, primero le agrediero dos veces y al continuar negándose le dieron dos cachazos más. Ella sangró bastante.
Esta es la cuarta vez que vivo un asalto en el bus y de la misma modalidad. En la última ocasión, lo único que hice fue alzar las manos. Conozco la actitud de los malandros y es mejor obedecerles a lo que piden. Como dije anteriormente, tuve suerte porque no me sustrajeron mi teléfono celular. Me comuniqué con el ECU 911 y me dijeron que enviarían una ambulancia. En la llamada, le informé a la operadora que había víctimas golpeadas.
Estaba muy nervioso y decidí bajarme del bus en la avenida Eloy Alfaro y Granados. No llegué a la estación Río Coca, pues me asusté demasiado. No supe si la ambulancia llegó con los paramédicos. Al llegar a casa, noté que un mensaje llegó a mi celular diciéndome que mi número estaba temporalmente bloqueado por hacer mal uso con el tema de la emergencia.
Lo que sí recuerdo es que, al final del incidente, los ladrones se bajaron del bus en el intercambiador del Cóndor, tal como lo hicieron en otras ocasiones. No he denunciado lo que pasó porque realmente no se saca nada haciéndolo. Es una pérdida de tiempo".
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