Crisis carcelaria Ecuador | Una piscina de tilapias y una granja con pollos y patos son halladas dentro de la Penitenciaría del Litoral

- Actualizado a las 16:45 -

Una piscina con tilapias y una granja con pollos, gallinas y patos funcionaban dentro de la Penitenciaría del Litoral (Guayaquil), la prisión más grande del país, donde este jueves 3 de agosto ingresaron 3 000 policías y militares, en el marco de una nueva intervención.

El operativo inició en horas de la madrugada. Según el presidente de la República, Guillermo Lasso, los agentes entraron a los pabellones 5, 8, 11 y 12. Asimismo, el mandatario precisó que es la tercera intervención militar y policial dentro de esa prisión, en menos de 15 días.

Los reclusos de los pabellones 5 y 12 fueron trasladados a los patios de la cárcel, mientras que la fuerza pública registraba todas las celdas. Por otra parte, en el pabellón número 8 no hay reos, sin embargo, también fue inspeccionado por la posible presencia de armas.

Aproximadamente a las 16:15, la Policía Nacional junto a las Fuerzas Armadas precisó todo lo encontrado en la intervención de hoy.

Fueron encontrados 740 municiones de dos tipos de calibres (9mm y 5.56mm), 139 celulares, 6 radios de comunicación, 25 kilogramos de sustancias sujetas a fiscalización, como cocaína y marihuana, y 2 291 dólares en efectivo.

La Penitenciaría del Litoral fue escenario de la última masacre carcelaria del país, que tuvo lugar entre el sábado 22 y domingo 23 de julio y dejó 31 reos muertos, según la Fiscalía General del Estado (FGE), aunque la Policía Nacional maneja otra cifra y el Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI) SNAI no fija aún el número exacto.

Este nuevo episodio de violencia derivó en la renuncia del titular del SNAI, Guillermo Rodríguez, quien alegó motivos "estrictamente personales y familiares" para su salida. Hoy, el SNAI no tiene un director definitivo.

Tras la matanza, que además originó hechos violentos en Esmeraldas, Guayaquil y Manta, Lasso decretó nuevos estados de excepción en las provincias de Los Ríos, Manabí, el cantón Durán (Guayas) y en todas las cárceles del país.

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Durante los dos últimos años han sido recurrentes estos estados de excepción temporales decretados por el Gobierno para enfrentar picos de violencia y criminalidad en distintas provincias.

Este fenómeno se ha vuelto en la principal preocupación de la opinión pública del país, al convertirse en tónica habitual los asesinatos a manos de sicarios, los atentados contra las fuerzas del orden, los secuestros y las matanzas en cárceles y en calles a manos de bandas armadas.

Ecuador cerró 2022 con la mayor tasa de muertes violentas de su historia, al registrar 25,32 por cada 100.000 habitantes, catapultada por la delincuencia callejera y la criminalidad organizada, ligada en gran parte al narcotráfico, que ha convertido en los puertos ecuatorianos en grandes trampolines para enviar cocaína a Europa y Norteamérica.