Menores son víctimas mortales en medio de guerra narco; la más reciente víctima recibió un disparo cuando iba a comprar
Un promedio de seis menores asesinados cada mes en Guayaquil, Durán y Samborondón es otra de las consecuencias que deja la guerra entre narcotraficantes por ganar territorio en esta jurisdicción.
Con el corazón destrozado, Walter Cuenca se aferra a la ropa y fotos de su única hija, de 15 años.
La noche del pasado viernes, la adolescente salió a comprar comida, en el suburbio de Guayaquil, y recibió un disparo en la cabeza.
Ella se convirtió así en una de las más recientes víctimas colaterales del crimen organizado.
En el sector había una persecución de un vehículo a un motociclista; se generó un cruce de balas, y con ello vino la desgracia.
"La tomé del cuello, le vi un cuágulo de sangre y dije: Dios santo, te pido un milagro, pero nada se pudo hacer".
La menor quería ser militar como su padre, sueños que truncaron los delincuentes.
Las cifras son alarmantes: en todo el 2021, en Guayaquil, Durán y Samborondón, que comprende la Zona 8 de la Policía, se registraron 21 niños asesinados, mientras que de enero a abril de este 2022, ya son 24 menores muertos por balas criminales.
Eso significa que cada mes matan a un promedio de seis niños o adolescentes que no tienen nada que ver con el crimen organizado.
El jefe zonal de la Unidad de Muertes Violentas, Henry Herrera, dice que estas redes del narcotráfico tenían códigos que han violentado en medio de esta guerra criminal y ahora asesinan incluso a familiares de sus enemigos.
El oficial recalca que aunque hay algunas excepciones, la mayoría de las víctimas colaterales tienen algún familiar relacionado con la venta y distribución de drogas.
En este enfrentamiento mortal, otros 20 menores de edad han resultaron heridos.
Las autoridades afirman que continúan con las investigaciones, es decir que ninguno de estos casos ha sido totalmente resuelto.