Fentanilo en Ecuador: un problema que aún no es alarmante para las autoridades del país
En total, la Policía ha decomisado 128 ampollas de fentanilo en tres operativos desde agosto de 2022. Son las cifras que lleva la Dirección Antidrogas de esa institución.
Algo que dejan claro es que no han detectado fentanilo en polvo o pastillas, solo en su versión líquida. "En operativos hemos encontrado fentanilo de tipo ampolleta. Es decir, un fármaco que es recetado de forma legal, pero que personas que han tenido acceso a este fármaco lo ofertan en redes sociales como sobrantes", explicó a EFE el general Pablo Ramírez, director nacional antidrogas de la Policía.
El último hallazgo se reportó el martes 19 de septiembre en el sector de La Bahía de Guayaquil, dentro de un local donde almacenan medicamentos, y entre esos productos, estaban siete ampollas de fentanilo.
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Francisco Pérez, viceministro de Gobernanza subrogante del Ministerio de Salud Pública, dice que han visto con preocupación lo que está ocurriendo en otros países alrededor del consumo de fentanilo.
“Precisamente fuimos alertados hace algunos meses, alrededor de enero o febrero, sobre países de Latinoamérica que ya comenzaban a utilizar el fentanilo”.
Y aquí, el funcionario hace una pausa y explica que el fentanilo es un medicamento de uso hospitalario, sobre todo para la inducción de anestesia o también de analgesia que se tiene en cuidados intensivos. Por ello, dice, fue muy demandado durante la pandemia en pacientes que estaban intubados.
Ese antecedente provocó que el país consumiera más de este fármaco en los últimos dos años de lo que anteriormente se hacía.Y aclara que el fentanilo no es de venta libre.
“Es un medicamento que se utiliza bajo prescripción médica y receta especial, porque estas recetas por su característica tienen que ser fiscalizadas”.
El proceso de fiscalización lo realiza la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), quienes son los encargados de llevar la contabilidad de cuántos medicamentos se han entregado. Intentamos conocer detalles de las importaciones y consumo del farmaco en el país, pero solicitamos una entrevista a la institución y aún no han respondido a nuestro pedido.
De su parte, Pérez menciona que los decomisos que ha hecho la Policía están relacionados con productos de origen medicinal, y no se trata de la droga sintética que se fabrica para consumo de personas adictas. Además, precisa que esas incautaciones, de acuerdo a los informes policiales, no tienen registro sanitario de Ecuador, por lo que estarían ingresando de forma ilegal. Lo que se convierte en una posibilidad de que terminen dentro del microtráfico de droga local.
“Estamos viendo cuáles son las rutas, por dónde está ingresando y además cuál es su destino final que todavía no está muy claro”.
Aclara esto, porque no tiene sentido el contrabando de fentanilo para consumo medicinal, ya que las importaciones se adquieren sin mayores restricciones en el país bajo el control de Arcsa.
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Por ello, es clave dar seguimiento a lo que ocurre para determinar si esas incautaciones iban a terminar en manos de narcos. Francisco Pérez explica que se trata de una droga cara y que no es de consumo para poblaciones de muy escasos recursos, “no es como la hache o como la marihuana que están más ampliamente distribuidas y que se consume en otros grupos etarios, el fentanilo es un poco más exclusiva, por llamarlo así. Pero claro, todavía no sabemos cuál va a ser el impacto”.
Lo que nos asegura el Ministerio de Salud, es que seguramente la gente que se dedica a este tipo de comercio ilícito ha comenzado ya a analizar un nuevo mercado para el microtráfico, porque no han tenido reportes de grandes cantidades encontradas en los operativos, “son pequeñas cantidades que están seguramente en introducción y que no se estaría comercializando en la calle”.
La psiquiatra Julieta Sagnay, quien recibe pacientes en el Instituto de Neurociencias de Guayaquil, dice que ella ha podido evidenciar exactamente el mismo cuadro que presenta un adicto al fentanilo, “y son mis pacientes que en muchos casos han recaído porque no han recibido ayuda oportuna”.
Otro detalle que resalta Sagnay en la sustancia que se consume actualmente en las calles es de un color distinto a lo que había antes como hache. “Lo que se ve ahora es como un color naranja que demuestra la diferencia entre lo que era la hache hace unos cinco años y lo que se consume en este momento”, resalta
Pérez, dice que varias instituciones mantienen reuniones, incluso con organismos internacionales para, precisamente, alertar antes de que sea mucho más difícil controlar la situación.
Uno de los controles que ya hace el Ministerio de Salud es la vigilancia del tipo de intoxicaciones que ocurren con fármacos, “y no solo con fentanilo, sino con una lista extensa que incluye diazepam, midazolam, fluoxetina que son otros fármacos psicoactivos y que pueden también ser utilizados eventualmente por personas adictas”, explica Francisco Pérez.
Actualmente, el Ministerio de Salud y Arcsa trabajan en conjunto para identificar la trazabilidad de todos los fármacos que ingresan de manera legal al Ecuador y poder identificar si hay una desviación, “por ejemplo, un grupo de fármacos que desaparezca de alguna bodega. Esto podría alertarnos que existe ya un consumo diferente”, dijo el viceministro.
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¿Cuál es el panorama actual en Ecuador para el control del consumo de drogas?
Los datos dicen que la última encuesta de drogas se realizó en el año 2016. Esto determinó qué era lo que se consumía en los diferentes estratos sociales del país.
Sin embargo, fue en el 2014 cuando se hizo la última trazabilidad de lo que contenían las drogas que circulan por las calles. Por ejemplo, la doctora Julieta Sagany explicó que para ese año se determinó que la denominada droga hache estaba compuesta de cal, cemento y otras sustancias psicotrópicas .
“La Encuesta Nacional de Drogas se hizo para ver cuál es la sustancia que más se consume, en qué sectores del país y qué grupos están consumiendo”, explica Francisco Pérez
El estudio hecho en 2016 determinó que la marihuana está altamente distribuida en grupos de jóvenes de Ecuador, casi en todas las provincias. Pero solo una encuesta actual permitiría incluir en la lista información sobre las nuevas drogas que van apareciendo, cómo está el consumo a escala nacional y enlazar esto con los datos de hospitalizaciones, intoxicaciones, fallecimiento por sobredosis, etcétera.
Ahora se espera que Arcsa presente los informes sobre los lotes que ingresan por Aduana y cuántos expiden las farmacéuticas para conocer si eso coincide con las recetas que han sido presentadas a nivel nacional, “se hace la trazabilidad y con eso vemos si se compraron 100 cajas, pero solo se presentan 50 recetas. Ahí podríamos entender que algo está pasando”, añade Francisco Pérez.
Un problema clave con el fentanilo es que, a pesar de que se han viralizado, en redes sociales, videos de personas en las calles de Guayaquil con los síntomas característicos posteriores al consumo de esta droga sintética, no se puede determinar si la han consumido.
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Para la identificación de la conocida droga zombie, en Estados Unidos existen tirillas (test) que reflejan la presencia del fentanilo en la sangre. Pero en el país no existe este procedimiento porque no han adquiridos los test. Lo que tampoco hay en Ecuador es el antídoto que se conoce como naloxona y que se usa para tratar la sobredosis y evitar, en algunos casos, la muerte del consumidor.
El viceministro de Gobernanza, dice que lo primero que han hecho es alertar al Sistema Nacional de Salud sobre la posibilidad de que se comiencen a distribuir estas sustancias. A partir de ahí, explica, se genera un manual de vigilancia para estas sustancias.
“Dentro de este manual, lo que nosotros estamos solicitando es que se pida o que se pueda adquirir las pruebas específicas para precisamente saber qué tipo de fármacos están utilizando”.
Finalmente, en relación a las atenciones de lo que podría convertirse en un problema de salud pública, el funcionario ha dicho que están trabajando precisamente en tener un tratamiento adecuado para estos pacientes, “pero como digo, hasta el momento es un poco complicado porque ingresar a donde está ocurriendo esto, lo que se ve en las calles, es muy difícil”.
Por ahora, el Ministerio de Salud afirma que la situación del fentanilo en el país no es alarmante, pero se mantienen en que es importante tener control y vigilancia, como ya lo han explicado.
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