Clínicas estéticas reciben más clientes para la remoción de tatuajes, ante la situación de inseguridad

Los tatuajes, entre marcas, letras, frases, símbolos y dibujos, son expresiones que las personas plasman con tinta en su piel. Sin embargo, ante la situación de inseguridad, se han incrementado los prejuicios ante quienes los portan.

Informes de la Policía Nacional revelan que, en ciertos casos, las mafias los usan para identificarse. En operativos en las zonas violentas como en La Guacharaca, en Esmeraldas, buscan los distintivos en las extremidades de jóvenes.

"Tenía un tatuaje de un lobo. En estos últimos días decidí quitármelo. Por ahí hay personas que están tomando represalias, están tomando justicia por su mano propia, puede correr riesgo mi vida", relató un ciudadano de Latacunga.

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En esa ciudad, al igual que en Quito, Esmeraldas y Guayaquil, los centros estéticos que utilizan láser para borrarlos tienen más pacientes.

"Al mes teníamos dos pacientes, ahora tenemos entre 15 a 20 pacientes", afirma Carmen Erazo, médica estética.

El proceso es largo. Se requieren al menos cinco sesiones. Los costos van desde los 40 hasta los 100 dólares por ocasión, dependiendo del tamaño, el tipo de tinta, la cantidad usada y el tiempo que lleva en la piel.

Se usa anestesia local, y el láser apunta a disolver los pigmentos de la capa de la piel. La técnica permite borrar hasta un 90% de las marcas.

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A las estéticas acuden, en mayor número, jóvenes que quieren acceder a un trabajo en el sector público. El año pasado, 42 postulantes a policías fueron retirados luego de que sus tatuajes coincidían con los usados por organizaciones delictivas.

Este año, en el proceso de reclutamiento para el servicio militar, también se separaron a decenas de postulantes tras verificar sus tatuajes, revisar sus antecedentes y aplicarles pruebas psicológicas.

Este conjunto de característicos alertaron a las autoridades que los aspirantes podrían ser miembros de bandas delictivas.