Caso Metástasis involucra a ocho policías de alto rango y operativos
La Fiscalía General involucra en el Caso Metástasis a ocho policías con rangos directivos y operativos de las unidades preventivas e investigativas. Según las indagaciones, ellos supuestamente filtraban información de operativos al narco Leandro Norero, bloqueaban las investigaciones de lavado de activos en su contra, de su familia y cuidaban sus bienes incautados a cambio de dinero.
El de mayor rango es Pablo Ramírez, en ese entonces general en servicio activo y director del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).
Según la fiscal Diana Salazar Méndez, el alto oficial estaba a cargo del traslado de los presos y ayudó a Norero manteniéndolo en la Cárcel de Cotopaxi. Expuso lo que el narco escribía a su esposa.
También está involucrado un coronel, Néicer Mazón. Según la acusación fiscal, este oficial filtraba información de los operativos, captó a más agentes y dio seguridad en la casa de Norero en Guayaquil. Incluso apoyó para sacar esculturas del bien incautado.
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Según los registros le entregaron USD 10 mil, pero hubo más dádivas para su personal y la reparación de vehículos policiales. Norero también pagó la atención de la esposa del coronel internada en una clínica y los estudios de su hijo en Rusia.
Entre los reclutados por Mazón, está el cabo segundo Eddin Iza, quien simulaba operativos para cuidar la propiedad de Norero. En la organización colaboraban agentes de la dirección de investigación antilavado de activos y de muertes violentas, Dinased.
El sargento Héctor Paredes, estaba a cargo de la investigación contra Norero y su familia por lavado de activos. Antes de presentar el informe del caso a la Fiscalía, lo presentó a Norero por medio de sus abogados para que haga correcciones a cambio de USD 300 mil.
Le ayudó el cabo Christian Chauca, quien recibió un celular de alta gama de parte de Norero. según fiscalía, ocultó pruebas y ubicaciones de miembros de grupos criminales. El cabo Gabriel García, alias doble rueda, impidió que sus compañeros accedan al teléfono incautado de Leandro Norero en el caso de lavado de activos. Se robó el token que permitía abrir estos dispositivos.
También alertaba a los Choneros de investigaciones, aprovechándose de la posición de su expareja en la sala de escuchas de la Policía. Desde la Dinased, el cabo Ángel Leal entregó información reservada de los operativos a los brazos armados de la organización criminal y asesoraba sobre la destrucción de evidencias.
Además, la Fiscalía señaló al mayor Armando Ruiz como uno de los testaferros de Norero. Utilizó sus negocios de compra y venta de automóviles para lavar el dinero y entregarlo mediante cheques a Norero.
Sobre la infiltración en sus filas, la policía no se ha pronunciado.
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