Quito: La Mariscal acoge a gran parte de centros de entretenimiento
La actividad incrementa por las noches en las manzanas que rodean la tradicional Plaza Foch de La Mariscal, centro de Quito, en donde se concentra gran parte de los centros de diversión nocturna. Sin embargo, para los propietarios es difícil mantener la demanda de clientes por los problemas de inseguridad y venta de drogas.
Afirman que la cantidad de trámites para los permisos de funcionamiento no se justifican. “A nosotros nos cobran una tasa de USD 25 por mesa para darnos nada a cambio. Los impuestos deben ser para que los ciudadanos tengamos seguridad y las calles estén limpias, cómodas, para que nos den alumbrado, pero no es así”, dijo Jorge Santtori, propietario de un café libro.
Uno de los principales procesos que deben cumplir son las licencias de funcionamiento. Hay tres categorías que son relacionadas con la preexistencia. Los categoría 3 que son de alto impacto, como los bares, discotecas, night clubs y fábricas, realizan el trámite en la Secretaría de Territorio.
Mientras que las administraciones zonales emiten permisos a los restaurantes, tiendas y licorerías que están entre la 1 y 2. “Estamos revisando la pertinencia de las preexistencias porque hemos detectado lugares que podrían generar una incompatibilidad con la dinámica del sector. Eso está contemplado en la norma y tendría que haber una reforma para que haya cambios”, dijo Francisco Andrade, administrador zonal La Mariscal.
La preocupación de los comerciantes aumenta, porque no cuentan con un asesoramiento sobre cómo efectuar los trámites y los plazos son cortos. “Todos se lanzan la pelota (entre autoridades) y es algo que nunca se acaba”, dijo un comerciante.
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Desorden en las afueras de los locales
Otra de las complicaciones para los dueños de negocios es el desorden en los exteriores de los establecimientos por los enganchadores, quienes son personas que ofertan de manera descontrolada el ingreso a bares y discotecas. Esta actividad es prohibida por la ley de turismo y debe ser sancionada por los gobiernos autónomos.
“Estamos conscientes de que se producen casos de acoso al visitante y obviamente eso queremos evitar cuando se visite La Mariscal”, dijo Andrade.
Para mitigar el problema se efectúan operativos articulados entre Policía Nacional, Secretaría de Seguridad, Quito Turismo y la Agencia Metropolitana de Control (AMC). Para ellos, detener o sancionar es complicado. “Tenemos una limitante. Algunas personas son extranjeras que se dedican a esa actividad y no tienen documentos. Se nos dificulta levantar un proceso administrativo sancionador”, dijo Lira Villalba, supervisora de AMC.
Los comerciantes también piden controles en las noches en la zona azul de La Mariscal, porque en algunos lugares no se venden los tiquetes de estacionamiento y eso es aprovechado por personas que, en ocasiones, están involucrados en hechos delictivos.
Los comerciantes piden políticas públicas efectivas, para que La Mariscal vuelva a ser un atractivo turístico y con dinamismo económico, mientras las autoridades se comprometen a fortalecer la administración y gobernabilidad en la antigua Zona Rosa.
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