Quito: la historia del barrio Bolaños y la lucha de su gente frente a las adversidades

Los habitantes del barrio Bolaños se demoran 15 minutos en caminar a lo largo del túnel Guayasamín para salir directamente a la avenida 6 de Diciembre​​​​​​ y la Plaza Argentina, en plena zona bancaria y comercial de Quito. También pueden tomar un taxi que les cobra USD 1,50. No hay líneas de buses y esas son las únicas opciones que tienen para movilizarse y realizar sus actividades cotidianas.

Así han aprendido a vivir las 60 familias de este populoso lugar que se encuentra enclavado en una ladera ubicada junto al túnel Guayasamín, en medio de la vegetación compuesta por árboles de eucaliptos y plantas nativas, las cuales se consumieron por el incendio forestal del pasado 25 de septiembre de 2024.

Las heridas siguen abiertas y los daños viven en la memoria de la gente. El fuego consumió siete viviendas que fueron catalogadas como pérdida total, según el informe del COE Metropolitano. Asimismo, 83 personas fueron evacuadas... ¿Qué queda ahora? ¿Qué hace falta para salir adelante en medio de la tragedia?

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Los vecinos coinciden que sobreponerse a las adversidades es parte de su ADN. El exdirigente Humberto Simbaña cuenta que desde siempre han salido adelante y más al principio cuando el barrio se fundó el 15 de julio 1927, tras separarse de la comuna ancestral de Guápulo. En aquel tiempo, el sitio estaba constituido por los sectores de Bolaños Pamba, Llocoto Grande, Llocoto Chiquito y El Guabo. Llegaba hasta la zona en donde hoy se ubica el monumento al Cóndor, en la intersección de las avenidas Simón Bolívar y Oswaldo Guayasamín. Todo era campo y sembríos.

Con base en los testimonios de los primeros moradores, Simbaña afirma que el barrio se llama Bolaños en honor al apellido de un señor que ayudó a los comuneros con los materiales de una mina para construir las primeras viviendas. Además, estas tierras y su gente poseen una historia que se remonta a más de 100 años. La investigadora Cinthia Andrade afirma que el sector se asienta en terrenos agrícolas de la comuna ancestral de Guápulo, perteneciente al pueblo Kitu-Kara.

Para principios del siglo XX, debido al crecimiento poblacional, se fueron construyendo viviendas en los terrenos donde se cosechaba, en grandes cantidades, la cebada para la Cervecería Nacional. Recuerda que el vecindario se localiza en la ladera norte del cerro Guangüiltagua, por donde iba el viejo camino ancestral a Cumbayá y hoy es la salida del túnel Guayasamín.

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En la actualidad, esa vía antigua se ubica a lado del túnel, en Las Canteras. Allí funciona ahora un sitio de entrenamiento de escalada deportiva y fue la zona más afectada por el incendio. "Yo vivo aquí desde 1973 y esta vía era lastrada. Curiosamente, en esa época, nosotros sí teníamos servicio de transporte porque tomábamos los buses que normalmente viajan a las parroquias de Tumbaco, El Quinche o Cumbayá. Ahora es muy difícil movilizarnos", narró Raúl Usamá en una entrevista con Ecuavisa.com.

La vivienda de su hija, María Teresa, se destruyó por completo y al momento vive con su hermana, Vanesa, quien perdió la mitad de su casa. Las llamas eran tan altas que alcanzaron los seis metros. Consumían rápidamente las ramas de los árboles y demás vegetación. El día de la tragedia, Vanesa salió ilesa y desde lejos solo alcanzó a ver cómo el fuego destruía el techo de su hogar. También se quemó el taller de su padre.

Al momento, el Municipio se ha encargado de ayudar a los damnificados. Vanesa cuenta que su hermana ya recibió enseres del hogar. Lo mismo pasó con otros moradores como María Rosa Torres y Claudio Otalima. Ruth Narváez, directora de la Unidad Patronato Municipal San José (UPMSJ), indicó que seis familias perdieron sus viviendas en los barrios Bolaños, Bellavista y Guápulo. “Todo bajo la coordinación de las diferentes entidades municipales, empresas privadas y personas solidarias, hemos entregado colchones, cobijas, vestimenta, insumos de aseo personal y de limpieza”.

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Solución vial Guayasamín y otros apuntes de historia

En 2016, el exalcalde Mauricio Rodas Espinel planteó la construcción de la Solución Vial Guayasamín que pasa por encima del barrio Bolaños. El proyecto buscaba unir Quito con los valles de Tumbaco y Cumbayá, para ganar mayor fluidez en la movilidad.

El plan contemplaba la construcción de dos puentes paralelos al túnel Guayasamín con una extensión de 500 y 120 metros. Así se facilitaba los traslados de los automotores. El problema radicó en que, con la construcción del proyecto, se requeriría de expropiaciones a cerca de 60 familias, lo cual produjo malestar entre dirigentes y moradores. Al momento, el proceso se encuentra estancado en una querella judicial entre el Municipio capitalino y la firma China Road And Bridge Corporation (CRBC).

Pese a los problemas, los vecinos se mantienen firmes en su tradición. Humberto Simbaña recuerda que la fecha de fundación del barrio es el 15 de julio y están en alerta ante cualquier decisión de las autoridades que dé paso a la solución vial. La gente no piensa dejar sus tierras.

Cinthia Andrade asegura que los pobladores de Bolaños tienen una escritura de Partición de tierras de 1927. Este documento los legaliza como dueños al ser parte de la comuna de Guápulo. Además, afirma que su tradición lleva más de un siglo de historia.

en más de un millón de horas al mes en túnel Guayasamín

Afirma que se trata de un barrio legal desde la mitad del siglo pasado y no es una invasión. Tiene todos los servicios básicos y sus cartas prediales completamente legales.

Con base en los testimonios recogidos en su investigación, Andrade afirma que hace más de 50 años se accedía a Guápulo desde el partidero a Tumbaco. Había chaquiñanes y los caminos de piedra por dónde los pobladores de Bolaños sacaban la cebada para venderla a la Cervecería Nacional. "No en la quebrada. Ahora no se accede porque al construir la Interoceánica se modificó el sector y luego, se hizo un inmenso colector de aguas servidas que impide el paso".

Para el historiador Javier Gomezjurado, uno de los aspectos que más le llama la atención del barrio Bolaños es que su gente se mantuvo firme y no cedió ante las presiones de la construcción de la solución vial Guayasamín.

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