Daniel Noboa también compartió con The New Yorker su impresión sobre otros jefes de Estado de la región
En sus conversaciones con la revista The New Yorker, el presidente Daniel Noboa opinó sobre algunos jefes de Estado de la región. Cuando le preguntaron con qué líder latinoamericano se sentía más alineado, respondió que con el brasileño Lula Da Silva, a quien conoció hace 15 años en una Cumbre de Líderes Empresariales de padres e hijos, organizada por el magnate mexicano Carlos Slim.
Sobre el presidente de Chile, Gabriel Boric, Noboa dijo que parece estar bien, pero que sus socios de extrema izquierda lo tienen inmovilizado, y agregó que ese es un problema que él no tiene.
Al presidente colombiano Gustavo Petro lo calificó como un SNOB de izquierda, que tiene la costumbre de dar conferencias en lugar de entablar conversaciones, es inteligente, dijo Noboa, pero no logra hacer nada.
Al referirse al mandatario argentino, Javier Milei, Noboa dijo que no sabe por qué piensa que es tan genial. Según Noboa, Milei no ha logrado nada desde que asumió la presidencia y añadió que le parece muy engreído, lo cual es muy argentino, en realidad.
Al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, a cuya posesión Noboa asistió hace dos semanas, lo calificó como arrogante, y dijo que solo busca controlar el poder para sí mismo y su familia. Y aunque las acciones tomadas por Noboa en materia de seguridad han sido comparadas con las de Bukele, Noboa destacó que lo que se ha hecho en Ecuador fue enteramente democrático porque tuvo el respaldo del poder Legislativo y Judicial.
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Del gobierno de Manuel López Obrador, en México, Noboa sostuvo que no había hecho nada para frenar la violencia en ese país. Pero no solo habló de presidentes de América Latina, sino también del exmandatario ecuatoriano Rafael Correa, a quien responsabilizó de la crisis de seguridad y del aumento del narcotráfico en el país.
Noboa afirma que el problema se inició en 2009 con la salida de la Base de Manta, también se refirió al exvicepresidente Jorge Glas, a quien lo calificó como una figura oscura que estaba liderando, desde la Embajada de México, operaciones para socavar su gobierno.
Y añadió que los cárteles del narcotráfico hablaban con Glas y con el exministro del interior, José Serrano, de los aludidos, Correa y Serrano, desmintieron al mandatario en redes sociales.
También el Gobierno reaccionó al artículo, la Secretaría de Comunicación dijo en un comunicado que el mandatario fue sacado de contexto, pues sus opiniones no representan un pensamiento oficial sobre sus homólogos y se trató de expresiones "producto de una conversación muy coloquial, privada, que fue descontextualizada..."
El artículo de The New Yorker se encuentra ya publicado en la página web, pero se incluirá en la edición física de la revista que circulará el próximo 24 de junio, bajo el título: la mano dura.