Daniel Noboa durante su discurso de posesión no estableció hoja de ruta de su gobierno y no explicó prioridades

Con su discurso, el ya posesionado presidente no logró romper el tiempo récord que ha establecido cuando se trata de hablarle a la gente. Lo que no sorprendió porque en un pronunciamiento previo él mismo había advertido que es un hombre que habla poco, aunque espeso. Por eso, las expectativas estaban puestas no en la extensión, sino en el contenido de este pronunciamiento, pero al final quedó debiendo.

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Lo dicho, en líneas gruesas, no fue otra cosa que una ratificación de las bondades de su perfil. Lo evidencian las palabras que usó: joven, audaz, libre, pragmático, fuerte, alguien que está en contra de los extremos y de las revanchas. Que no se encasilla y que no es anti nada. Y eso, dependiendo de la interpretación que cada quién quiera darle, incluso puede resultar inquietante, porque no quedan claros los límites que él tiene como gobernante. Tampoco en qué nomás consiste el cambio que dice representar.

Un discurso de posesión debe ser la carta de presentación de una nueva administración. Debe contener, incluso con detalles, la hoja de ruta de la gestión, pero Daniel Noboa no dijo cómo se hará cargo del país, ni por dónde va a empezar a gestarse la recuperación económica y social.

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No mencionó el recientemente anunciado estado de excepción, ni a la consulta popular que prometió para sus primeros 100 días de gestión. Tampoco desmenuzó las reformas legales que sus asambleístas han ofrecido para la próxima semana.

No quedaron claras las tareas de sus ministros

Resaltó la conformación de un gabinete joven, con representación femenina, que en la práctica no ha terminado ni de completarse. Solo anticipó que todos ya tienen tareas y que él mismo las medirá.

Y, en ese sentido, sí que había temas para abordar: seguridad, fenómeno de El Niño, crisis energética; pero lo cierto es que no se sabe a corto, mediano y largo plazo qué harán, qué metas perseguirán.

Una vez más predominó el hermetismo. Ya en funciones, tal y como lo hizo de candidato y de presidente electo, Daniel Noboa volvió a quedarse en las generalidades.

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