Daniel Noboa debe evitar que la Asamblea Nacional aceche a sus ministros, según analistas
Tuvieron que pasar tres semanas desde su triunfo en las urnas el pasado 15 de octubre para que el presidente electo, Daniel Noboa, diera en su gira por Estados Unidos y Europa unas primeras ideas sobre cómo guiará su gobierno en el siguiente año y medio.
Entre sus declaraciones del lunes 6 de noviembre, Noboa dijo no apoyar el juicio político contra la fiscal Diana Salazar, ratificó su intención de reelegirse en 2025 y se mostró cercano a varios organismos multilaterales como el Banco Mundial (BM). Sin embargo, analistas señalan que el joven mandatario tendrá que sortear aún varios problemas políticos que nacerían en la Asamblea Nacional y podrían poner en riesgo su alcance de gobernabilidad.
En el programa Políticamente Correcto del domingo 12 de noviembre, Gabriel Hidalgo, politólogo y catedrático, alertó que en el nuevo Legislativo podría generarse un bloque de asambleístas opositores, cuya agenda estaría en la censura de varios de los ministros de Noboa. La razón, dice Gabriel, sería por el acortado número de legisladores del lado del Gobierno.
“Podría ser que Noboa tenga un gran bloque de opositores que acosarán y asecharán a su gabinete, eso suele pasar en gobiernos débiles o de transición, donde usualmente los ministros no suelen duran más de un año. (...) Y eso pasa porque Noboa no tiene una mayoría en la Asamblea, así que ellos buscarán que sus ministros renuncien”, expresó el analista político.
La panelista Irene Vélez, comunicadora política y docente de la Universidad Espíritu Santo (UEES), acompañó la idea de Hidalgo. Según Vélez, “no importa lo que hagan, los ministros de Noboa serán llamados a la Asamblea”.
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La solución, explican los panelistas, está en que Noboa entable un rápido camino de coalición legislativa con todos los bloques. Pero para ello, el Gobierno deberá apoyarse en un inicio de los asambleístas independientes, el bloque de Construye y también del Partido Social Cristiano (PSC).
“Noboa debe entender que, si quiere mantener la gobernabilidad, tiene que aumentar las concesiones en la Asamblea y así tener el voto de las bancadas minoritarias”, explicó Vélez.
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Diana Salazar, el símbolo de la disputa entre correísmo-anticorreísmo
Después que Daniel Noboa haya cerrado filas a favor de la fiscal general del Estado, Irene Vélez ve como finiquitada la principal agenda del correísmo en la Asamblea Nacional para destituir a Diana Salazar.
Este acto, explica la analista, transforma a la fiscal Diana Salazar en la más actual figura que marcó el clivaje correísmo-anticorreísmo de los últimos años y que en la última semana obligó a Daniel Noboa a marcar una línea roja con el correísmo.
“Rafel Correa fue muy apresurado en aceptar que su principal objetivo es destituir a la fiscal general, por eso el mismo correísmo obligó a que Noboa se pusiera en su contra y no pacte con ellos”, expresó.
Por otro lado, Juan Pablo Jaramillo, analista político también invitado al programa, aseguró que hubo varias inconsistencias en las funciones de la fiscal general desde su posesión en 2019, hasta el haberse involucrado en lo que él dijo, fueron juicios de índole política. “La agenda de Diana Salazar debía ser netamente jurídica, pero no fue así, por ello ha sido criticada desde el inicio de sus funciones”.
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¿Correísmo, principal fuerza política ahora en declive?
Gabriel Hidalgo ve en el correísmo una fuerza política que, aunque se mantiene con la mayor militancia desde hace más de una década, de a poco entra en sus más oscuros días, con la mayor crisis casa a dentro de la Revolución Ciudadana.
“Daniel Noboa es ahora el Rafael Correa del 2006 y Correa se convirtió en el Bucaram de 1997”, dijo Hidalgo alegando que, al igual que el Partido Roldosista de los años 90, el correísmo estaría en el mismo camino hacia el estancamiento político.
Sin embargo, Hidalgo sostiene que la fortaleza del correísmo se mantendrá por algunos años, por ejemplo, en la Asamblea Nacional, donde por tres gobiernos consecutivos se ha hecho con el mayor número de asambleístas, “se trata de una extinción progresiva, tal vez dentro de unos 10 años”, añadió.
Vélez encuentra en la crisis del correísmo un fenómeno insólito. A pesar de que fue la fuerza política que más alcaldías y prefecturas ganó en febrero pasado, “esos mismos líderes locales son ahora disidentes políticos con otros compromisos fuera de Correa. (...) No es cualquier cosa que Marcela Aguiñaga haya criticado a su propio partido político y haya tenido como invitado especial a Daniel Noboa en la prefectura del Guayas”, dijo.
Juan Pablo Jaramillo señaló que lo que pasa en la Revolución Ciudadana desde hace algunos meses es una muestra de democracia, pues “es saludable que el correísmo tenga diferencias en su interior”. El analista concluyó asegurando que, a pesar de la crisis del partido, el bloque parlamentario seguirá cohesionado “en un solo voto” a la hora de definir su agenda política.