Colombia rechaza asesinato de Pedro Briones, director parroquial de San Mateo, Esmeraldas

El Gobierno colombiano rechazó este lunes el asesinato de Pedro Briones, un dirigente político del movimiento Revolución Ciudadana en la parroquia rural San Mateo, Esmeraldas, y confió en que los culpables sean castigados.

"El Gobierno rechaza estos actos criminales en contra de la democracia ecuatoriana y confía en que los responsables sean castigados con todo el peso de la ley", señaló un comunicado de la Cancillería colombiana.

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El documento añade que Colombia manifiesta "nuevamente su solidaridad al pueblo ecuatoriano, a su dirigencia y a las agrupaciones políticas que luchan por la democracia del hermano país del Ecuador".

La denuncia de este homicidio fue hecha en redes sociales por la directora de la Revolución Ciudadana en Esmeraldas, Janeth Bustos.

También reaccionó la aspirante a la presidencia por este movimiento político, Luisa González, quien dijo que "Ecuador vive su época más sangrienta. Esto se lo debemos al abandono total de un Gobierno inepto y a un Estado tomado por las mafias".

Según un informe policial, Briones fue disparado por dos sujetos en una moto. Fue trasladado rápidamente a un hospital, sin embargo, las heridas ocasionadas por dos impactos de bala en su cuello hizo que perdiera la vida.

Ecuador, sumado en una espiral de violencia política

Este crimen ocurre cinco días después del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien fue baleado al salir de un mitin político en Quito.

Antes de Villavicencio también habían sido asesinados de manera similar otros políticos y candidatos como es el caso del alcalde de Manta, Agustín Intriago, y el candidato a asambleísta por Esmeraldas Rider Sánchez, de la alianza Actuemos, que lidera el exvicepresidente Otto Sonnenholzner, ambos ocurridos en julio.

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Ecuador vive una espiral de violencia que hizo que el año pasado acabase con 25,32 homicidios por cada 100.000 habitantes, la cifra más alta de su historia.

El Gobierno atribuye esta situación al crimen organizado y al narcotráfico, que se han hecho fuertes sobre todo en la zona costera de Ecuador, donde han convertido a los puertos del país en lanzaderas para hacer llegar cocaína a Estados Unidos y Latinoamérica.