Se acaba el tiempo para que la ciudad presente un candidato presidencial para las elecciones 2025
Hace 19 años que Quito no ha visto a un líder propio ocupar altos puestos políticos. ¿Está la capital en condiciones de presentar un candidato que la represente en las elecciones de 2025? Analistas políticos examinaron esta compleja situación en el programa Políticamente Correcto del domingo 7 de julio.
El debate se centra en dos clases de políticos: aquellos oriundos de Quito y aquellos que, aunque nacidos en otras localidades, forjaron su liderazgo en la capital. En el primer caso, Gonzalo Ruiz Álvarez, director de Ecuadoradio, explica que Rodrigo Borja, de la Izquierda Democrática, fue el último presidente de la República quiteño en 1988, y Pedro Pinto Rubianes fue vicepresidente en el gobierno de Gustavo Noboa de 2001 a 2003.
Por otro lado, Ruiz Álvarez menciona a Sixto Durán Ballén, Jamil Mahuad y Rodrigo Paz como ejemplos de líderes y alcaldes que, a pesar de no ser de Quito, lograron conectar con la población capitalina al ando de partidos como el PSC o la Democracia Popular.
Ruiz Álvarez señaló que la pérdida del liderazgo político de Quito se debe a una desconexión entre las élites gremiales e intelectuales y los sectores populares en los últimos años que, según dice, se expresa en un momento en específico:
“Después de las alcaldías de Augusto Barrera en 2014 y Mauricio Rodas en 2019, el liderazgo político en Quito se rompió; los líderes no lograron conectar con los sectores sociales”, dijo.
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A pesar de esto, el analista cree que aún hay tiempo para que los partidos quiteños históricos presenten un candidato en representación de la capital para competir en las presidenciales de 2025. “Espero que en las elecciones primarias de estos próximos meses surjan al menos dos cuadros quiteños que compitan en las elecciones presidenciales del próximo año”, comentó.
Carolina Moreno, analista política y excandidata a concejal de Quito, subraya que el debilitamiento de la política quiteña se explica también por el cambio de comportamiento de las nuevas generaciones, que no termina de entenderse por completo.
“Los quiteños ya no admiran a personajes científicos o académicos, tampoco buscan alcaldías de largo plazo. La capital, por su modo de vida, exige líderes que presenten soluciones rápidas y personajes carismáticos”, expresó.
Hasta el momento, seis precandidatos han confirmado su participación en la contienda: Henry Cucalón, Andrea González Nader, Leonidas Iza, Pedro Granja y Jorge Escala, ninguno de ellos oriundo de Quito. En este contexto, Moreno opina que Nader podría ser la más opcionada para captar el voto quiteño.
“La edad de González Nader y su forma no confrontativa de hacer política podrían acoplarse mejor con la forma de ser de los quiteños. Además, ella estaba más vinculada a Fernando Villavicencio”, comentó.
Fernando Carrión, consultor y exconcejal de la ciudad también invitado al programa, sostiene que hace una década en Quito se definió línea política anticorreísta, algo que podría marcar la cancha para las próximas elecciones.
“La alcaldía de Augusto Barrera hizo a Quito una ciudad anticorreísta, por eso Mauricio Rodas tuvo una administración totalmente contraria al correísmo. Y si bien Pabel Muñoz alcanzó la Alcaldía en 2023, lo hizo con el 25% de aprobación que probablemente se esfume con el tiempo”, señaló.
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¿Qué influencia política le queda a Quito?
El debilitamiento de Quito también se siente en sus medios de comunicación. Después del cierre de Diario El Hoy en 2014 y la edición de papel de Diario El Comercio en 2023, “es dramático que la capital se quede sin un periódico que la represente”, argumentó Ruiz Álvarez.
En cuanto a las organizaciones políticas, Carrión sostiene que hasta los años 2000, había tres grandes partidos en la capital que, con el paso de los años, sufrieron fragmentación y debilitamiento en sus filas. “El PSC se trasladó a la costa, la Democracia Popular desapareció y la Izquierda Democrática no termina de levantarse políticamente”.
En ese sentido, Carrión añade que aún no existe una organización actual que represente los intereses de Quito. “La Revolución Ciudadana y el Partido Social Cristiano representan más a la costa, y ADN, del presidente, todavía no sabemos de dónde viene. Quito, en cambio, no tiene nada”, explicó.
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