La reserva Yachana, en Tena, es conocida como el paraíso ornitológico de la Amazonía
Al amanecer, el cielo se tiñe de tonos cálidos y azulados. La neblina se disuelve lentamente y revela la reserva Yachana, en la parroquia Chontapunta, en Tena, provincia de Napo.
Los árboles de tamburo, con sus flores amarillas, se destacan sobre el paisaje verde. Atraen a uno de los pájaros más grandes del mundo: el gallinazo rey.
Sus alas alcanzan, de punta a punta, tres metros. Lo llaman el cóndor de la Amazonía y es el ave emblemática de este bosque húmedo tropical.
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La quietud de un hoatzin contrasta con el alboroto del tucán goriblanco que salta, de rama en rama, y grita al igual que el pichilingo, una suerte de tucán mucho más pequeño, cuyo pico sube y baja constantemente.
450 especies de aves trinan a lo largo de los 10 kilómetros del sendero en Yachana. Desde lo alto, una bandada de pericos de cabeza oscura interrumpe el sueño de un búho y un carpintero negro picotea troncos en busca de insectos. A solo 100 metros, las oropéndolas marcan su territorio entre las palmeras que cubren las trochas lodosas.
El sol apenas penetra este dosel formado también por árboles de bálsamo, caoba y cedros, donde crecen bromelias y orquídeas. Roberth Granja, de la fundación Yachana, habla sobre las especies de flora más representativas:
"Entre los árboles representativos tenemos el pechiche, árboles como el ceibo, una de las especies más grandes encontradas en la Amazonía, puede llegar hasta los 45 metros de altura y se parece mucho a un brócoli gigante. Son muy importantes para el ecosistema porque mantienen mucha vida sobre la copa de árboles".
Anfibios y mamíferos convinven en este hábitat
El río Napo está junto a la reserva y forma una red de seis riachuelos y lagunas donde se sumerge sigiloso el caimán enano.
En las riberas se desliza la rana tricolor, que combina el amarillo, azul y rojo y apenas tiene cinco centímetros. La acompaña la rana arbórea, de piel lisa y verde brillante, que se camufla entre hojas. Hay otras 48 especies de anfibios.
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El clima templado, con una temperatura de 20 grados y lluvias frecuentes, ha favorecido el desarrollo de 800 especies de hongos silvestres en tonos amarillo, blanco y café.
Entre las guabas retumba el rugido de los monos aulladores y bajo la sombra de otros frutales como el pitón, un puerco espín trepa por una liana.
Una manada de jabalíes comunes con pelaje marrón-negro busca aquí semillas. Cámaras trampa también han captado sahinos de collar blanco con crías.
La reserva es hábitat de al menos 100 especies de mamíferos. Roberth Granja explica que hay una gran diversidad de mamíferos, entre los que se encuentra el venado, el jaguar, el ocelote y otras 5 especies de monos.
Estudio de la biodiversidad
Cada año, alrededor de 100 investigadores de Ecuador y Estados Unidos acuden a la reserva para estudiar su biodiversidad. Lo hacen en coordinación con la fundación Yachana que involucra a 430 habitantes de cuatro comunidades.
En este bosque de mil hectáreas se han identificado 1 100 especies de plantas, entre las que resalta el arbusto de chicle conocido por sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas. Entre sus hojas merodea la araña punta de flecha y se esconde la araña tigre de abdomen amarillo con marcas negras. Su picadura puede ser dolorosa, aunque no es peligrosa para los humanos.
Al atardecer, el zumbido de los saltamontes y las diminutas abejas meliponas resuena en las zonas bajas de la reserva, donde el 80% del bosque permanece intacto.
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Cacia las 17:00, la neblina vuelve a pintar de blanco a Yachana, mientras el sol se desliza suavemente tras las montañas, creando un espectáculo de tonos rojizos y naranjas.