Napo | La reserva Jatun Sacha guarda en su bosque húmedo el 15 % del total de anfibios en el país
Desde lo alto se revela la inmensidad de la reserva biológica Jatun Sacha, en la comunidad Chichicorumi, en Puerto Misahualli, provincia de Napo.
En kichwa, su nombre significa selva grande y resume la biodiversidad de este bosque húmedo tropical de 2 500 hectáreas. Aquí, las copas de los árboles de chuncho y caoba forman una cúpula tupida que apenas deja pasar la luz. Estos gigantes de 40 metros están cubiertos por lianas de uña de gato.
Aquí no hay senderos, solo trochas. Hay que recorrer con cuidado para no perturbar los nidos de cigarras, ocultos en las raíces de las jacarandas.
Las palmeras que despliegan sus hojas como abanicos resaltan desde arriba. La caminante, de tronco espinoso y raíces aéreas, es una de sus ocho especies.
"En la zona, se han contado hasta 246 especies de árboles por hectárea. El 70 % es bosque primario", contó Jonas Grefa, guardabosque.
La reserva alberga el 15 % del total de anfibios en el país
Los ríos Napo y Arajuno definen los límites de la reserva por el norte y el sur. Entre diciembre y marzo, se forman pequeños islotes que se conectan con una red de lagunas y riachuelos de ocho
En sus aguas, las tortugas charapas mutelo se mueven en zigzag, mientras que en las riberas, las tortugas terrestres buscan hierbas tiernas.
En esta zona, las boas constrictor se deslizan con sigilo. También la Cecilia anillada, un anfibio de piel gris que, a simple vista, podría confundirse con una serpiente.
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La humedad y temperatura promedio de 25 grados en Jatun Sacha ofrecen un refugio ideal para 84 especies de anfibios. Es el 15 % de los que han sido censados en el país.
De ellas, la ranitomeya es su símbolo. Su piel roja brillante contrasta con patas azuladas y manchas negras.
“Además de esa rana, tenemos la especie de la rana mono, que se encuentra también en esta área. Se identifica por los sonidos; sus colores son muy llamativos, la parte dentro tiene un color tomatada y la parte de atrás tiene color verde, sus ojos tiene como ojitos de mono”, contó Jonas Grefa.
En el 30 % de la reserva se han descubierto 75 especies de mamíferos
En el corazón de la selva, tras cuatro horas de recorrido, se encuentran troncos derribados por el viento y un suelo húmedo y resbaladizo.
Aquí sobresalen los árboles de moral fino, que produce látex amarillo, el camatuhua y chucumuyu. Entre sus ramas, los monos chorongo siguen una rutina: al mediodía se balancean para alimentarse de sus frutos. Comparten hábitat con las guatusas y puercos sahinos con barbilla.
Solo en el 30 % de la reserva se han descubierto 75 especies de mamíferos.
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Jatun Sacha está protegida por 5 000 mil habitantes de 10 comunidades quichuas que han recibido capacitación sobre tráfico de especies, tala ilegal, así como turismo ecológico y científico. Ellos han promovido 20 estaciones de investigación.
Desde 2017, han recibido a mil estudiantes y científicos de Ecuador, Canadá, Alemania, Irlanda y Japón.
Aquí se han identificado 810 especies de mariposas. Las colonias de monarcas se destacan entre las flores de aráceas y cutangas, que tiñen el suelo de rojo y amarillo.
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Cada cinco años, la reserva Jatun Sacha se convierte en escenario de un exhaustivo inventario de flora y fauna. Cuatro guardabosques asumen la tarea con el propósito claro de preservar este refugio natural que alberga 4 104 especies entre plantas y animales.