El complejo Lacustre Atillo, en Chimborazo, es considerado como uno de los paisajes más asombrosos del país
Desde el aire se aprecia la magnitud, y también su belleza, es el complejo Lacustre Atillo, en el Parque Nacional Sangay en la provincia de Chimborazo, a 90 kilómetros de la ciudad de Riobamba.
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Esta red de lagunas cristalinas y agua pura se formaron en los puntos más altos de la Cordillera Oriental, en la zona central del parque, en el kilómetro 78 de la vía Riobamba-Macas.
El Parque Sangay tiene 337 lagunas y 14, las más importantes por su tamaño, están en el Complejo Atillo.
4 lagunas bordean la carretera, se encuentran rodeadas de picos, riscos, áreas extensas de pajonales, las lagunas son profundas, su temperatura oscila entre 6 y 15 grados característico de un ecosistema de páramo, los riachuelos y las caídas de agua armonizan el complejo.
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"El 20% de la demanda nacional de energía es satisfecha por el agua que se produce en los páramos del Parque Nacional Sangay, estos producen alrededor de 900 metros cúbicos por segundo", explica Christian Clavijo, administrador del Parque Nacional Sangay
Las lagunas son tan numerosas como diversas, las hay casi redondas o rectangulares, y en casos, como este, simulan un mapa del continente americano, esto hace más llamativo el paisaje.
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La laguna Magdalena alberga plantas acuáticas, una muestra innegable de la ausencia de contaminación, muy cerca hacia el sur, las aguas de la laguna Cuyug, alimentan al río Chambo, uno de los principales afluentes de la provincia.
A unos 10 kilómetros aparece entre los pajonales la laguna negra, rica en minerales, como delata el color de sus aguas, es una de las más visitadas porque hasta los ancestros aseguraban que conserva una energía especial, alimenta el río Upano en la provincia de Morona Santiago.
El paisaje alberga unas 343 especies de aves, las gaviotas andinas chapotean libremente, también están el pato andino y los cóndores.
El complejo, además, es la cuna de animales mamíferos, cerca de 100 como el lobo de páramo, el oso de anteojos, la danta, un mamífero al que los guardaparques dedican un proyecto especial para su conservación.
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Un paraíso natural, con unas tres mil especies árboles, arbustos y plantas como la chuquiragua, el chocho de páramo, las epífitas, que crecen sobre las copas de los árboles, como estas orquídeas.
Atillo, un complejo lacustre, fuente de agua dulce para la flora y fauna de la zona, una prueba de proyectos de conservación que funcionan en el país.