El hombre que fue a comprar unas cortinas y regresó con el sitio arqueológico de Stonehenge

El hombre que fue a comprar unas cortinas y regresó con el sitio arqueológico de Stonehenge
21 sep 2015 , 09:05
Redacción

Las razones por las cuales fue construido Stonehenge continúan siendo un misterio.

¿Un templo religioso? ¿Un monumento fúnebre? ¿Una construcción para predecir eclipses? Los restos prehistóricos de Stonehenge están en pie desde el neolítico, por eso cuesta creer que hace 100 años estuvieran a la venta.

 

Su comprador: Cecil Chubb, un abogado que el 21 de septiembre de 1915 pagó £6.600 (US$10.200) por el sitio arqueológico durante una subasta en Salisbury Plain.

 

Al día de hoy, esa cantidad equivale a unas £680.000 (más de un millón de dólares).

 

¿Cuáles fueron las motivaciones detrás de la compra de semejante estructura megalítica?

 

Algunos dicen que Chubb adquirió Stonehenge porque pretendía hacerle un regalo a su esposa. Otros afirman que lo compró porque temía que un americano adinerado se hiciera con él.

 

 

"Dicen que su mujer, Mary, quería que comprara unas cortinas en la subasta" le contó a la BBC Heather Sebire, encargada de la conservación del prehistórico lugar.

 

"Pero su marido volvió a casa con una compra muy diferente", relató.

 

Lady Mary y Sir Cecil Chubb, año 1926. Algunos dicen que Chubb compró Stonehenge para regalárselo a su esposa.

 

 

El propio Chubb, sin embargo, dijo que fue "un capricho".

 

Y el 26 de octubre de 1918, apenas tres años después de la compra –y 16 días antes del fin de la Primera Guerra Mundial– el abogado donó la prehistórica edificación al Estado.

 

Su generosidad fue premiada por el primer ministro David Lloyd George, quien le otorgó el título de Primer Barón de Stonehenge.

 

 

Su escudo de armas: una pierna de león plateado con dos ramas de muérdago –una planta considerada sagrada por los druidas que se cree que fueron adorados en Stonehenge– con el lema Saxis Condita ("Fundado en las piedras").

 

Chubb tenía origen humilde. Nacido en 1876, su padre era talabartero –trabajaba artesanalmente objetos de cuero– en el pueblo de Shrewton, a unos pocos kilómetros de Stonehenge.

 

Atendió la escuela secundaria mientras trabajaba como maestro en formación en la Universidad de Cambridge. Después se convirtió en abogado y amasó una gran fortuna.

 

"No más de un chelín por persona"

 

Pero Chubb no se olvidó de sus orígenes humildes cuando donó Stonehenge.

 

En su acta de donación, estipuló que el público que lo visitara "no debería pagar más de un chelín por persona".

 

Chubb pidió en su acta de donación que la visita a Stonehenge fuera accesible a todo el mundo.

 

 

 

Además, un acuerdo del Consejo Municipal decía que los habitantes de la zona podrían visitarlo de forma gratuita.

 

 

A día de hoy, 30.000 personas que viven en las cercanías de Stonehenge todavía tienen acceso gratuito al mismo.

 

Pero para quienes no viven allí, cada boleto de adulto cuesta £14.50 (US$22.50).

 

La organización encargada de su gestión, English Heritage, afirma que, dada la inflación salarial durante el último siglo, cuesta menos en términos reales hoy de lo que costaba entonces.

 

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¿Cómo fue construido Stonehenge?

Las piedras más grandes pesaban 50 toneladas y los hombres las arrastraban gracias a trineos y cuerdas de cuero.

 

 

 

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La razón por la que un terreno de 30 acres (más de 120.00 metros cuadrados) salió a la venta en 1915 fue la muerte de Sir Edmund Antrobus, el único heredero hombre de la familia que había sido propietaria de la edificación desde 1820.

 

Los debates sobre Stonehenge giran más en torno al acceso al mismo que a su preservación.

 

 

Antrobus, un teniente del regimiento de Infantería del Ejército británico, murió en octubre de 1914, durante una de las primeras batallas de la Primera Guerra Mundial.

 

Quizás fue esta triste historia, el amor por su mujer Mary o el deseo de ser premiado por sus buenas obras lo que motivó a Chubb para comprar Stonehenge.

 

"Creo que hubo un fuerte componente local en la manera de pensar de Chubb porque nació cerca de la zona", le dijo Sebrie a la BBC.

 

"No se sabe con seguridad si conocía a la familia de Antrobus, pero hay muchos indicios de que así fue".

 

Antes de la subasta, se especuló que un extranjero rico pudiese comprar Stonehenge, "desmontarlo" y llevárselo a otro lugar, tal y como sucedió con el Puente de Londres 50 años más tarde, cuando fue enviado a Arizona, Estados Unidos.

 

 

El periódico británico Daily Telegraph anunció en su día que la venta de Stonehenge era "suficiente para despertar la envidia de todos los millonarios americanos locos por la adquisición de antigüedades".

 

Prevenir esa situación pudo influenciar a Chubb.

 

"Cecil Chubb hizo uno una gran labor tratando de 'devolver' Stonehenge al pueblo y garantizando un legado de acceso libre", dice Frank Somers, de Stonehenge and Amesbury Druids.

 

"No creo que esto lo hubieran hecho las autoridades de la época, quienes se autoproclamaron guardianes del monumento".

 

El nuevo centro de visitantes en Stonehenge, a día de hoy.

 

 

Stonehenge ha sido propiedad privada desde que fuera confiscado por una abadía cercana durante el reino de Enrique VIII.

 

Cuando Chubb intervino, el deber de conservación era muy apremiante.

 

El Acta de Monumentos Antiguos de 1913 permitía por primera vez la compra obligatoria de lugares históricos.

A medida que la Primera Guerra Mundial llegaba a su fin, los oficiales tenían más tiempo para implementar esa nueva norma.

 

Y Stonehenge era un obvio candidato.

 

Tiempos de cambio

 

Para Chubb esto pudo haberse convertido en una "responsabilidad", dice Sebire. Pudo venderlo y, sin embargo, lo donó.

 

Chubb murió en 1934. Su hijo, Sir John Chubb falleció en 1957 y no tuvo descendencia, por lo que el título de barón se extinguió en su familia.

 

Son pocos quienes han oído hablar de Sir Cecil Chubb, aunque hay una placa en la casa donde nació y creció, en Shrewton.

 

Una placa conmemorativa, junto con el escudo, decora la casa en la que nació Sir Cecil Chubb.

 

 

Hoy el area de Stonehenge está experimentando una transformación, valorada en £27 millones (US$42 millones).

La autopista cercana ha sido cerrada y el centro de visitantes y el aparcamiento se han colocado algo más lejos del prehistórico monumento.

 

La valla que rodea las ruinas está siendo derribada.

 

Chubb pidió en su acta que el lugar permaneciera lo más abierto posible. 100 años después de que él lo comprara, parece que por fin esto está sucediendo.

 

Pero los druidas dicen que hay mucho más que debe hacerse.

 

"Las familias solían ir de picnic a Stonehenge", dice Sommers. "Los amantes se encontraban allí bajo la luna llena. Los niños tocaban las piedras antiguas con asombro. Los druidas organizaban eventos".

 

"Stonehenge, por su parte, inspiraría y cultivaría a todos aquellos que lo visiten con buena intención. El lugar no ha perdido su integridad pero tal vez nosotros sí, en una era en la que el dinero lo gobierna todo".

 

Las piedras permanecen majestuosas y cualquier debate sobre su futuro gira más en torno al acceso al mismo que a su preservación.

 

"He estado aquí cuando no hay mucha gente, en distintas épocas del año", dice Sebire. "Nunca deja de impresionarme".

 

"Nadie sabe realmente por qué Chubb hizo lo que hizo. Podríamos decir que eso es tan misterioso como el propio Stonehenge".