Guayaquil paranormal: las historias detrás de una cárcel, un hospital y El Fórum

Ecuavisa.com ingresó a un hospital, una cárcel y un antiguo edificio donde se narran historias paranormales.
La antigua cárcel de Guayaquil es la construcción de hormigón más antigua que hay en la ciudad.()
21 jul 2024 , 09:00
Abdón Rodríguez

Una antigua cárcel, un hospital abandonado y el que fue el edificio más alto de Guayaquil hoy arropan leyendas que también forman parte de la cultura de esta ciudad. Entre sucesos trágicos e historias que con el tiempo se han transformado, estos tres lugares están envueltos en misticismo y abandono.

Lea también: Francisco Calle, el exorcista de Cuenca: "En Ecuador no hay muchos casos"

La antigua cárcel municipal

Según el historiador Melvin Hoyos, este edificio ubicado en la calle Julián Coronel, es la construcción de hormigón más antigua que hay en la ciudad. Su estructura, tal como se observa ahora, data del inicio del siglo XX, sin embargo, su edificación fue ordenada a finales del siglo XIX.

La cárcel fue construida en 1886 con diseños del arquitecto italiano Rocco Queirolo. Si bien su fachada era de ladrillo y cemento, por dentro era de madera y otros materiales de fácil combustión.

En 1896, en el gran incendio que arrasó con la mitad de lo que entonces era el Puerto Principal, la cárcel también se destruyó.

Hoyos señala que, en 1902, el Municipio de Guayaquil ordenó al ingeniero Francisco Manrique el nuevo diseño del reclusorio. Las autoridades dispusieron que su levantamiento sea completamente de hormigón.

Por esos años, el sistema penitenciario de la ciudad era manejado por el mismo Cabildo y no por el Gobierno Nacional, como ocurre ahora.

Revise además: El Municipio nombró como República de Guayaquil a un tramo de la calle 10 de Agosto

Por otra parte, el historiador agrega que en la primera mitad del siglo XIX la vía donde fue construida la prisión era conocida como "la calle de los lamentos" o "la calle del dolor", pues sobre la avenida Julián Coronel se instaló también el cementerio municipal, la morgue y el hospital Luis Vernaza.

Con respecto a la distribución de la cárcel, Hoyos relata que no tenía más de 50 celdas, que hubo un área de fusilamientos y que existía otro espacio que se denominaba "el infiernillo". En esta última zona había celdas donde los reclusos pasaban todo el tiempo parados. Muchos de ellos enloquecieron o murieron.

La cárcel funcionó hasta la década de los 60. Desde entonces casi nada ha cambiado. Hoy el predio es considerado patrimonial. Lo administra la Universidad de las Artes, que no permitió el acceso a Ecuavisa.com.

Extraoficialmente se conoce que existen proyectos para recuperar y dar uso al edificio, sin embargo, nada se concreta. Las leyendas sobre espíritus alrededor de la cárcel han impedido que se lleven a cabo obras. Se menciona, por ejemplo, que el exalcalde León Febres-Cordero dispuso la readecuación de la cárcel, pero que las cuadrillas de albañiles presenciaban eventos paranormales. Les escondían las herramientas, escuchaban voces y veían sombras.

Durante la administración de Jaime Nebot el edificio fue usado en algunas ocasiones como una locación para grabar videos. También se permitió hacer un desfile de modas.

Lo cierto es que hoy la antigua cárcel tiene las puertas cerradas con candados, está llena de maleza, no hay guardias, es hogar de decenas de gatos y su entrada emana un hedor a orine y heces.

El hospital Alfredo J. Valenzuela

Funcionó hasta el 2017. Su clausura supuestamente iba a ser temporal hasta que se mejore el tratamiento de los desechos y se cumpla con todas las normativas higiénico-sanitarias, sin embargo, en 2018 el sanatorio cerró por completo.

El Hospital Neumológico Alfredo J. Valenzuela abrió sus puertas en 1946, en las faldas del Cerro del Carmen, para tratar a pacientes con tuberculosis y otras enfermedades respiratorias. En los más de 50 000 metros cuadrados de terreno se levantó una decena de bloques donde estaban las habitaciones, quirófanos, equipos de rayos X, comedor, laboratorios clínicos, una capilla, entre otros espacios.

Hoy todo el complejo está abandonado.

En los pisos hay partes destruidas del sistema de ventilación, restos del tumbado que cayó por vetustez, miles de carpetas viejas con información de pacientes y basura. Asimismo, los patios del hospital están llenos de maleza. Frente a un edificio, que alguna vez albergó a pacientes, está la estatua de una virgen.

En otra área quedan los restos de lo que alguna vez fue una capilla. De noche el complejo queda en total oscuridad. Es el escenario propicio para grabar una película de terror.

El Fórum

Su construcción data de finales de la década de los 70, pero no fue hasta 1981 que comenzó a ser habitado. Entonces se promocionaba como el edificio más alto no solo de Guayaquil, sino del país. Se levantó sobre la calle Vélez entre 6 de Marzo y Pedro Moncayo, frente al Parque Centenario, en el corazón de la ciudad.

El Fórum fue planificado como un edificio de oficinas de abogados o funcionarios judiciales debido a su cercanía con la Corte Provincial de Justicia del Guayas, que queda al otro lado del parque. Uno de los juristas más populares que ha ocupado el bloque es Jaime Toral Zalamea.

Tiene 28 pisos más una terraza donde hoy hay antenas, sin embargo, el piso 27 es el último al que se tiene acceso por las escaleras angostas. Un puerta metálica con candados enormes impide subir a las últimas plantas.

La estructura tiene un aspecto lúgubre. Esta característica se va tornando más evidente en cada piso.

Otro particularidad perturbadora del edificio es el ascensor dañado desde hace muchos años. Desde el piso 22 se observa unos pocos cables colgando en un espacio oscuro. En ese nivel hay una puerta metálica corrediza que protege de caer al vacío.

Cabe señalar que no es el único ascensor que tiene el edificio.

Las historias trágicas alrededor de El Fórum datan de 1993. Según reportes periodísticos, en junio de ese año un hombre intentó lanzarse desde la terraza con su hijo de 10 meses en brazos. Finalmente, el individuo no logró su cometido.

En 1994 un niño de seis años murió tras ser impactado por un vidrio que se desprendió del piso 6. En 2002 una mujer murió tras lanzarse del piso 19. En 2008, en cambio, otra joven falleció tras caer por las escaleras.

En febrero de 2014 cayó del piso 12. La policía señaló que se trató de un suicidio. Ese mismo año, pero en abril, un anciano cayó por el ducto del ascensor y falleció.

En 2021, hubo otro caso de aparente suicidio. Un joven de 20 años fue la víctima.

Más allá de las historias fatales alrededor de El Fórum, la deficiente vigilancia, el descuido de los propietarios y la descomposición social alrededor del Parque Centenario abonan a que sus instalaciones tengan una apariencia tétrica.

TAG RELACIONADOS