El indor en la calle es un deporte tradicional en Guayaquil
Nació hace más de 60 años y se mantiene, pese a las disposiciones que prohiben el cierre de vías.
Los fines de semana, las tardes de Guayaquil se visten de corto. No hay físicos exhuberantes ni uniformes vistosos. La pelota es la misma de siempre, de trapo o de cauchos, y los zapatos tienen que ser de lona porque permiten un mejor agarre al asfalto, un mejor control de la pelota chica. La edad tampoco es un impedimento cuando se tiene el físico y la habilidad. La cancha es una cuadra y los arcos se los ubica antes de cada intersección, a veces basta con poner dos piedras.
El público se ubica en las veredas para observar a esos equipos de 6 integrantes mientras esperan su turno. Las reglas varían de una calle a otra. Unos juegan con árbitro y con tarjetas. Hay quienes tienen un límite de 15 minutos por partido, otros juegan al primero que meta dos goles.
Al indor fútbol se lo conoce también como peloteo que de a poco se ha ido alejando de las calles del centro de Guayaquil hacia sus extramuros porque las ordenanzas municipales prohiben que se cierren las vías. Pero todavía hay sectores donde le hacen una finta a la norma y siguen mojando la calle con sudores mientras se juegan copas imaginarias, con el ñeque propio de una final del mundo.
Esta tradición no se va de Guayaquil. Las nuevas generaciones la mantienen, es su deporte y aunque algunos prefieren jugarlos en canchas, lo original que es jugarlo en la calle previve en el corazón de esta urbe que ha visto nacer a no pocas estrellas del deporte en una tarde cualquiera.
El único problema es cuando tienen que interrumpir el encuentro porque algún vehículo pasa por la mitad de la canch, pero eso también es parte del juego y no molesta. Inmediatamente después se reanuda y la pelota vive, late y ellos que la tocan, la pisan, la adelantan y corren. La tarde se acaba pero estos jugadores no se marchitan y siguen incansables, gritando todos los goles de Guayaquil.
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