La tarabita se consolida como medio de transporte en poblaciones de Pastaza

La seguridad y control del funcionamiento de la tarabita es responsabilidad de sus operadores.

Por más de 50 años, la tarabita se ha convertido en parte esencial para la transportación de los habitantes de Palora hacia el Puyo. Los pobladores la prefieren porque acorta el tiempo de viaje, aunque reconocen los riesgos.

En Puerto Santa Ana, Reina del Rocío Salazar toma una tarabita para cruzar el río Pastaza, para ella esta ruta es mejor, a pesar de que por Tashapi el viaje es directo. "A mí me encanta porque es más rápido y porque es más chévere pasar por la tarabita por el río".

En promedio son entre 30 y 40 personas al día que utilizan este medio de transporte, por el que pagan 0,25 centavos.

La tarabita es una canastilla que pende de dos poleas metálicas, que se deslizan por un grueso cable de acero de más de 300 metros de largo. Un tramo va por gravedad y en otro es halado por un motor.

A más de las personas también se pasan productos, bultos y hasta motocicletas. Para Nelly Carvajal, el viaje en la tarabita es incómodo y peligroso. "Nos quedamos una vez ahí en medio río, se arrancó el cable, alguna cosa pasó, o sea es un peligro constante eso".

Sin embargo, el encargado de operar la tarabita, un joven de 17 años, dice que el cruce es seguro y que no se han registrado accidentes. Es que la seguridad y control del funcionamiento de la tarabita es responsabilidad exclusiva de los operadores. Las autoridades no ejercen control sobre este medio de transporte.