La situación en el río Paute no mejora y pone en riesgo al complejo generador de energía más grande del país
La situación en el río Paute sigue empeorando, poniendo en riesgo al complejo hidroeléctrico más importante de Ecuador. La central Paute Molino, la segunda hidroeléctrica más grande del país, enfrenta serios problemas debido a la escasez de agua. El embalse Paute Molino, que es clave para la producción de energía, está disminuyendo peligrosamente y podría afectar gravemente el suministro eléctrico.
Paute Molino es una central hidroeléctrica fundamental para el país, con una capacidad de producción de 1 100 megavatios, lo que la convierte en la segunda más grande después de Coca Codo Sinclair. Su embalse, Amaluza, depende del caudal que aporta el embalse Mazar, ubicado río arriba, que actualmente se encuentra en niveles críticos. La caída de agua en Mazar podría generar un efecto en cascada que impactaría directamente en Paute Molino y en la central Sopladora, localizada más abajo en el mismo río.
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El nivel del embalse de Molino sigue disminuyendo. El pasado miércoles, la cota se encontraba en 1 982 metros sobre el nivel del mar, aún operativa, pero alarmantemente cerca de un punto crítico. En los últimos nueve días, el nivel ha descendido tres metros, y solo siete metros más de caída provocarían que la central tenga que detener su operación por completo. Esto podría ocurrir si el embalse de Mazar no logra recuperarse o si el caudal del río Paute no aumenta lo suficiente.
La central Paute Molino requiere un caudal mínimo de 50 metros cúbicos por segundo para funcionar, pero en días recientes apenas ha alcanzado los 17 metros cúbicos por segundo. Aunque este miércoles 9 de octubre se observó un leve aumento a 22 metros cúbicos por segundo, la situación sigue siendo crítica. Con este nivel de agua, el río Paute no puede sostener la generación de energía de Mazar (170 megavatios), Molino (1 500 megavatios) y Sopladora (487 megavatios), lo que representa una gran preocupación para el país.
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Estas tres hidroeléctricas, en conjunto, aportan el 39 % de la energía hidroeléctrica de Ecuador. La disminución en su capacidad de generación está afectando la estabilidad del sistema eléctrico nacional y es una de las razones por las cuales el Gobierno de Daniel Noboa ha decidido ampliar los apagones programados. El objetivo es detener la operación de las hidroeléctricas el mayor tiempo posible para permitir que sus embalses se recuperen.
La crisis energética en Ecuador sigue escalando, y las autoridades enfrentan el reto de encontrar soluciones sostenibles para evitar un colapso en el sistema eléctrico.